25 de noviembre de 2010



Señor:
Te alabamos y hoy te damos gracias 
por las abundantes bendiciones 
que nos prodigas. 
Tú has bendecido a América 
para que sea refugio de peregrinos 
desde todos los rincones del mundo 
y en todas las épocas.   
Tú nos  has fortalecido 
en tiempos de prueba 
y nos has sostenido 
frente a la adversidad.

 
Tú nos has concedido este refugio 
donde poder encauzar nuestras vidas.   
Una tierra 
donde cosechamos  frutos de libertad   
y  donde podemos profesar nuestra fe.     
Recuérdanos  a ser generosos 
en nuestra abundancia   
y a no olvidar el sacrificio 
de los que vinieron antes que nosotros 
y que tanto confiaron en Ti.   
 Permite que su ejemplo 
nos haga perseverar  en esa confianza,   
que sepamos ser  agradecidos,   
que nos dejemos  conducir por tu mano, 
y que no desfallezcamos 
en nuestros esfuerzos.  

Te damos gracias, Señor,  
 por tu propia entrega, 
por nuestra fe, 
por nuestra familia, 
por nuestros amigos, 
por la salud que nos concedes
y por este país 
en el que somos nuevos peregrinos.   

Al reunirnos   en torno a la mesa 
en este día de Acción de Gracias, 
te imploramos nos ilumines 
en  todo cuanto hacemos 
y que nos bendigas 
y protejas a cada uno
y a nuestra nación.   

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