22 de noviembre de 2010


LOS CINCO GRANOS DE MAÍZ

* Luis Mario

* El día de Thanksgiving en Estados Unidos es mucho más que el señalamiento frívolo de una cena familiar: es el día que una nación completa escoge para darle gracias a Dios. Pero en sus tradiciones hay una que se ha ido desvaneciendo con el tiempo. Se trata de colocar cinco granos de maíz a un lado del plato. Desde que se creó la nación estadounidense, se puso en práctica la total libertad de pensamiento y acción. Ese es el significado del primer grano de maíz.

El 21 de noviembre de 1620, el barco mercante Mayflower, con 102 pasajeros a bordo, llega a la bahía de Massachussets. La nave había partido de Plymouth, Inglaterra, el 16 de septiembre del mismo año. Aquellos peregrinos recibieron una gran acogida por parte de los indígenas. A recordarlos a ellos con gratitud se dedica el segundo grano de maíz.

El tercero representa la lucha por los derechos civiles y la libertad, que ha marcado la grandeza de la nación norteamericana. Los recién llegados, habitantes de la Nueva Inglaterra, preservaban con gran tesón la libertad religiosa, y protegían a los creyentes que manifestaban su amor a Dios con cualquier dogma o creencia. El cuarto grano de maíz encarna ese derecho.

Finalmente, el quinto grano, que es el más importante, sirve para recordar el amor de Dios, sin el que no hay nación ni mundo. De ahí que exista ese día todos los años, especialmente creado para darle gracias a Dios.

El primer Thanksgiving se celebró en 1661 en la ciudad de Plymouth. fundada un año antes en tierras norteamericanas. Los peregrinos habían tenido una excelente cosecha, y compartieron su alegría con las tribus indias, que tanto los habían ayudado. Fue precisamente entonces cuando el gobernador de lo que actualmente es el estado de Massachussets, William Bradford, oficializó que hubiera un día anual para compartir la oración de Gracias a Dios, entre colonos y aborígenes, por los alimentos recibidos.

Más de un siglo después, el primer día de enero de 1795, el primer presidente de Estados Unidos, George Washington, proclamó el Día Nacional de Acción de Gracias el 19 de febrero de cada año.Washington escribió entonces que era "un deber, como personas con reverente devoción y agradecimiento, reconocer nuestras obligaciones con el Dios Todopoderoso".

El próximo cambio para celebrar Thanksgiving, llegaría 68 años después, cuando el presidente Abraham Lincoln prolamó en carta al Congreso, el 3 de octubre de 1863, un Día Nacional de Acción de Gracias, que sería el último jueves de noviembre, para "adorar a nuestro Padre Benefactor, quien mora en los cielos".Lincoln invocó las Sagradas Escrituras y dijo: "...aquellas naciones que tienen al Señor como su Dios, son bendecidas. Pero nosotros nos hemos olvidado de Dios. Nos hemos olvidado de la mano que nos preserva en paz, nos multiplica, enriquece y fortalece.

Vanamente nos hemos imaginado, por medio del engaño de nuestros corazones, que todas estas bendiciones fueron producidas por alguna sabiduría superior y por nuestro virtuosismo. Me ha parecido apropiado que Dios sea solemne, reverente y agradecidamente reconocido como en un corazón y una voz por todos los estadounidenses".

Los ateos, los escépticos, podrán ignorar las palabras del decimosexto presidente de Estados Unidos, pero la historia del Siglo XX le ha dado la razón. Nunca antes hubo más naciones que renegaron de Dios, y hoy casi todas han desaparecido del orbe. Las que aún quedan, férreamente vinculadas al ateísmo, como Cuba y Corea del Norte, son ejemplos de naufragio económico, bancarrota de la moral, hambre institucionalizada, infortunios de presos políticos en condiciones aterradoras y manchas de sangre que ahogan los mapas totalitarios.

Este jueves 25 de noviembre de 2010, los cubanos agradecidos celebraremos el Thanksgiving en Estados Unidos. Yo lo haré por cuadragésima quinta vez, y en cada uno de los cinco granitos de maíz veré logros de libertad, de coraje, de grandeza, de progreso, de igualdad; pero, sobre todo, veré un símbolo inequívoco y eterno del amor de Dios.

Publicado en Diario Las Américas, 11-27-2003
Tomado de www.poesialuismario.net.

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