* Arnaldo Ramos es el primer preso de la Primavera Negra que sale de la cárcel sin ser obligado a abandonar Cuba.
Siete años y ocho meses en diferentes cárceles castristas no han amilanado al disidente cubano Arnaldo Ramos Lauzurique. El primero de los trece prisioneros de conciencia de la Primavera Negra opuestos al destierro en recobrar la libertad, este sábado por la noche, participó ayer por la mañana en La Habana en la protesta de las Damas de Blanco para reclamar la liberación de los presos políticos.
Desde la iglesia habanera de Santa Rita, el disidente aseguró a ABC que piensa permanecer en Cuba y «por supuesto realizando actividades que no son ilegales y que se llevan a cabo en la mayor parte del mundo».
El subdirector del Instituto Cubano de Economistas Independientes, de 68 años y «en perfecto estado de salud», señala que responsables de la Seguridad del Estado le informaron que le habían concedido la licencia extrapenal por razones humanitarias, por lo que era libre y podía llevar una vida normal. Ramos, que fue condenado a 18 años de cárcel, advierte que «no admito ninguna condición, me siento libre, con las limitaciones obvias que existen para cualquier ciudadano de este país, no más».
Después de esta conversación telefónica, Arnaldo Ramos se disponía a visitar a su madre, de 92 años, por primera vez en casi ocho años. Le entregó los gladiolos que las Damas de Blanco —las esposas o madres de los prisioneros de conciencia detenidos en la Primavera Negra— llevan cada domingo en su marcha por la quinta avenida desde marzo de 2003.
Hasta este sábado era el preso político mayor del «Grupo de los 75». Ahora se siente «contento y a la vez apesadumbrado por los once opositores que aún siguen en la cárcel». Este fin de semana también se supo que Luis Enrique Ferrer, de 33 años y del Movimiento Cristiano Liberación, sí ha aceptado viajar a España con su familia. Según Elizardo Sánchez, portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, la dictadura ha cedido a sus exigencias, como que su casa pueda ser ocupada por otros miembros de la familia.
Durante los últimos cuatro meses de tensa espera, Ramos ha sido consultado sin éxito por la Iglesia católica cubana sobre su predisposición a abandonar el país.
El presidente Raúl Castro se comprometió el pasado 7 de julio a liberar en cuatro meses a los 52 prisioneros de conciencia de la Primavera Negra, en un diálogo inédito con el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, con el apoyo del Gobierno español. Pero en su afán por «quitarse de en medio a todas las voces molestas», según miembros de la disidencia interna, la dictadura cambia la prisión por el destierro a España. «He sufrido la presión de cuatro meses de espera», señaló al respecto Ramos, a quien le gustaría visitar España «pero nunca salir de mi país de forma permanente».
Arnaldo Ramos tiene por delante unos meses intensos, con el anuncio por parte del régimen comunista del despido de un millón de trabajadores, los permisos para trabajar por cuenta propia o el próximo congreso del Partido Comunista en abril. «
Habrá que analizarlo todo —apunta el economista—, pero sin una verdadera apertura económica y política no vamos a salir del estancamiento, al contrario, la situación se volverá aún más caótica». Un negro pronóstico.
Efe/ABC Madrid
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