GRACIAS, MR. BERLANGA
* Elsa M. Rodríguez
* El pasado 13 de Noviembre de 2010 falleció en su domicilio el famoso director de cine y guionista español, nacido el 12 de Junio de 1921 en Valencia, Luis García Berlanga.
De sus numerosas obras hay una, "Bienvenido, Mr. Marshall", que trata de un pueblo español donde se dice que llegará Mr. Marshall a beneficiarlos con ayuda económica, cosa que no era cierta ya que el Plan Marshall nunca incluyó a España.
El temor a que después de la Segunda Guerra Mundial el comunismo se hiciese fuerte en Europa, especialmente como estaba sucediendo poco a poco en Francia e Italia, fue el motivo por el cual y bajo el gobierno de Harry S. Truman, se decide aplicar el llamado Plan Marshall, que debe su nombre al Secretario de Estado de Estados Unidos en aquellos momentos, George Marshall.
Este plan estuvo vigente desde 1947 a 1951 y procuró la ayuda para la reconstrucción de los países europeos que habían sido muy afectados por la guerra y para tratar así que el comunismo no se afincara en los mismos.
En aquellos momentos gobernaba España el Generalísimo Francisco Franco Bahamonde, quien había ganado la guerra civil española, precisamente luchando contra los anárquicos y especialmente los comunistas.
Se suele decir en España que Berlanga hizo la película "Bienvenido Mr. Marshall" como una forma de burlarse de la situación española y del dictador Franco, ya que España no se benefició de la ayuda del Plan Marshall. Evidentemente los Estados Unidos cuando ayudaron a otros países europeos, en realidad no lo hicieron por espíritu de sacrificio y cooperación con los necesitados, sino como todo en política es permitido, para evitar que cayeran en las garras del comunismo. Bajo el gobierno de Franco, difícilmente el comunismo podía haberse asentado en España, por lo tanto no necesitaban ayudarles con el Plan Marshall.
Puede que sea cierto que Berlanga filmara esta película como una sátira burlándose del gobierno franquista, pero lo cierto es que el Plan Marshall se creó para detener la influencia soviética en Europa, y en España los soviéticos no tenían nada que hacer estando Franco al mando del país. Berlanga era un magnífico director y guionista, por eso esta película seguirá siempre como una muestra de buen cine.
Cada cual que interprete como quiera las razones que tuvo para hacerla Berlanga, pero preferiríamos que ahora que está muerto y no nos puede explicar las mismas, no se caiga en conclusiones retorcidas para hacernos creer que Berlanga era de ideas comunistas, cosa que nos han hecho ver de otros artistas españoles de aquella época que fallecieron recientemente, y que al morir, la izquierda española actual han querido presentarlos como seguidores de esa doctrina. De haber sido cierta esta hipótesis en cuanto a la ideología de los actores fallecidos, estos bien podían haberlo manifestado antes de morir ya que todos se fueron de este mundo después del fallecimiento de Franco en 1975.
De cualquier manera, por las razones que fuera, lo cierto es que Berlanga hizo muy buen cine, y la película "Bienvenido, Mr. Marshall" no fue una excepción, considerando los medios económicos y técnicos de que disponían en aquella época. Por eso le damos las gracias a Mr. Berlanga.
Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL
lapupasmiami@att.net
Saludos, Elsa. Muy bueno tu comentario sobre este filme. Evidentemente “Bienvenido, Mr Marshall” no sólo fue una gran película, sino que devino en un clásico de la cinematografía española.
ResponderEliminarBerlanga y sus colaboradores en el guión supieron plasmar, entre bromas y sátiras, la esperanza y decepción del hambreado pueblo español ante la ayuda para la recuperación de Europa que representaban los millones repartidos por el Plan Marshall.
Bromas aparte, ¿fue también este filme un testimonio, -aunque vedado, testimonio-, contra el régimen de Franco? En la idea original participaba Juan Antonio Bardem, cuya ideología comunista es de sobra conocida. ¿Cuáles discrepancias surgirían entre ellos que a la postre fue Berlanga quien se alzó con la sola realización del filme? En todo caso, la cinta quedó como una magnífica estampa de aquella época vivida en España durante la postguerra.
Pero en el meollo de todo, y ya en un plano más serio que no fue el que se propuso Berlanga, quedaron las causales de aquella pasada de largo de la ayuda yanqui por el pequeño pueblo de Villar del Río.
Estados Unidos se apuraba a prestar ayuda a los países de Europa devastados por la Guerra Mundial, movidos por el temor de que fueran presa propicia de la Unión Soviética. Fue una movida estrictamente política. Como bien señalas, Elsa, la presencia de Franco, vencedor del comunismo y el anarquismo en España en la Guerra Civil que precediera a la gran guerra europea, alejaba de ella el temor que ciertamente amenazaba a los otros países de aquel continente.
Sin embargo, había algo más. No sólo se negó a España esa ayuda a su reconstrucción, sino que, sin misericordia, los Estados Unidos, secundados por la Liga o Sociedad de Naciones antecesora de la actual ONU, castigaron a Franco –y con él al pueblo español- al más completo aislamiento político y económico durante la década de los años cuarenta y los primeros cincuenta. España sufría más hambre que el resto de Europa, pero eso no importaba entonces. Nadie podía condolerse de un gobernante que no había querido integrarse en la guerra contra el Eje, sino que, por el contrario, aunque había sabido mantenerse ajeno a ella, era notoria la ayuda nazi que había recibido durante la Guerra Civil Española. Además, estaba la existencia de aquella Legión Azul, enviada a combatir contra la Unión Soviética. (Que por cierto, en ella se había alistado el propio Berlanga).
Fue un castigo y una represalia. Ahora se habla de la miseria que vivió España en los años de postguerra y no se menciona el por qué, sino que sólo se habla de dictadura, de represión y de hambruna. Sólo hubo un país que haciendo caso omiso de lo entonces “políticamente correcto”, paleó algo esa hambruna con cargamentos de trigo: Argentina.
El Plan Marshall cumplió sus objetivos y concluyó en 1953. Ya para entonces los intereses de Estados Unidos eran otros: la “guerra fría” había comenzado y para ellos era imprescindible fortalecer militarmente su presencia en Europa. Por ello se echaron a un lado los escrúpulos y se negoció con Franco el establecimiento de bases militares en España. Otra maniobra política convenientemente justificada, y así el comercio mundial se abrió de nuevo a España.