17 de noviembre de 2010



MONSANTO,
LA ALDEA DE PIEDRA

* Al sureste de la Serra da Estrela se encuentra el encantador Monsanto, una antigua aldea fortificada con casas atrapadas entre rocas gigantescas, todo un espectáculo impresionante. Se trata de una aldea histórica de Portugal que se eleva sobre la ladera de una colina, el Monte Santo. 



 La presencia humana en este lugar data del paleolítico. Investigaciones arqueológicas constatan que el lugar fue habitado por los romanos y también existen evidencias de la presencia visigótica y árabe. Luego de la expulsión de éstos, el lugar fue donado a la Orden de los Templarios, los que construyeron el Castillo de Monsanto, destruido en el siglo XIX a causa de una explosión en el almacén de municiones.



El conjunto de casas se extiende cuesta arriba, aprovechando pedruscos de granito para sus paredes y, en algunos casos, un único bloque de piedra forma el tejado, razón por la que aquí se dice que las casas son de "una sola teja". Su aspecto no ha cambiado en siglos, con callejuelas talladas en la roca. Algunas de las casas de granito con portadas de estilo manuelino y las ruinas del castillo ofrecen magníficas vistas.


Junto al castillo se encuentran las ruinas de una capilla románica, sumándose a la hermosa atmósfera obsesionante. En el mes de mayo acuden las mujeres de Monsanto y llevan hasta la iglesia las populares marafonas, o muñecas de trapo. 

Son típicas estas muñecas de tela realizadas a partir de una cruz de madera, que con el nombre de Marafonas da Santa Cruz simbolizan a una diosa de la fertilidad, no tienen ni ojos ni boca y se ponen en la cama de los recién casados para dar suerte.



En las últimas décadas, Monsanto se volvió popularmente conocida como "a aldeia mais portuguesa de Portugal" (la aldea más portuguesa de Portugal), al otorgársele dicho trofeo en 1938. Por ello exhiben una réplica de ese Gallo de Plata en la cima de la Torre del Reloj o de San Lucas.


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