16 de septiembre de 2010



LA VERDADERA IMPORTANCIA

- Elsa M. Rodríguez

- Muchas son las personas en los Estados Unidos y en todo el mundo que han manifestado su desacuerdo con el pastor Terry Jones de Gainsville, Florida, por su intento de quemar libros del Corán el día de la conmemoración del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, acto perpetrado por fanáticos islamistas.

Salvando los argumentos que se puedan expresar en relación a la libertad que le otorga la Constitución de los Estados Unidos para quemar esos libros en su propiedad, o quemar unas Biblias o quemar libros del Quijote o de Hamlet, es cierto que este pastor ha demostrado su falta de táctica y su falta de perspectiva respecto a las reacciones que se iban a desencadenar por esta determinación fuera de lugar.

La quema del Corán no va a revivir a las inocentes víctimas del acto barbárico cometido el 11 de Septiembre de 2001, tampoco servirá para castigar a los que lo perpetraron o los que lo ingeniaron. Sin embargo, este pastor lanzó una amenaza y a partir de ahí las demostraciones en contra, no del pastor, no de un cristiano en particular, sino en contra de un país, los Estados Unidos, han sido múltiples.

Se han quemado banderas norteamericanas con un sadismo tal que parecía que así quemaban las raíces y fundamentos en los que se basa este país. En el mundo, sin embargo, no ha habido ni una protesta por las banderas quemadas, ni un comentario sobre las amenazas hechas por los que cometieron estos actos.

Entonces, habría que preguntarse si la verdadera importancia de lo que quería hacer este pastor es la quema de un símbolo religioso, o fué la excusa para que los que odian a este país tuvieran el desahogo al que no han podido llegar, después de aquel ataque terrorista en Nueva York.

Que el pastor actuó estúpidamente puede que sea verdad, pero que los enemigos de Estados Unidos aprovechan cualquier excusa para dañar los símbolos patrios de este país, también es cierto. Aquí no se ha ido por aquello de ojo por ojo y diente por diente, es decir si a la amenaza de la quema de libros del Corán se hubiese respondido con la contra-amenaza de quemar libros de La Biblia, entonces sería solamente un problema religioso.

Queda demostrado que en el fondo el problema es político, el odio a los Estados Unidos es más fuerte que la razón, y aunque Terry Jones sea culpable por ofender a otra religión diferente a la que él practica, los miembros de esa otra religión son culpables porque ellos reaccionaron con actos públicos destructivos a lo que fué una amenaza. Nos preocupa cómo hubiese sido la reacción de ellos, si Jones finalmente hubiese cumplido su amenaza, ¿hubieran quemado más banderas norteamericanas, o hubiesen atacado a los ciudadanos de este país?

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL
lapupasmiami@att.net

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