18 de septiembre de 2010


EUROPA, FRANCIA Y LOS GITANOS

- Durante el último quinquenio, la Unión Europea (UE) ha concedido a los países del Este 17.500 millones de euros, para mejorar la triste suerte de los gitanos, en cada país.

Los Estados han cogido el dinero, pero la suerte de los gitanos este-europeos no parece haber mejorado excepcionalmente.

Las negociaciones que culminaron con el ingreso de Rumanía y Bulgaria en la UE, el 2007, comportaban estas matizaciones:

-Catorce países, entre los que se encuentran algunos de los más pobres de la Unión, Dinamarca, Estonia, Chipre, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovenia, Finlandia, Suecia, Hungría, Grecia, Portugal y España, aceptaban la plena libre circulación de los ciudadanos de los nuevos Estados miembros de la Unión, sin restricciones de ningún tipo.

-Diez Estados miembros, entre los que se encuentran los más ricos de la Unión, Bélgica, Alemania, Irlanda, Francia, Italia, Luxemburgo, Holanda, Austria, el Reino Unido y Malta, decidieron imponer restricciones a la libre circulación hasta el 31 de diciembre del 2013.

Cada Estado impone las restricciones que estima oportunas. Se limita el derecho a la residencia a tres meses, si los rumanos o búlgaros (gitanos o no) no tienen un contrato de trabajo o unos recursos económicos reconocidos y verificables.


Las restricciones a la libre circulación, impuestas a rumanos y búlgaros, tenían y tienen un carácter “preventivo” bien conocido: evitar una entrada “masiva” de rumanos y búlgaros pobres (gitanos incluidos), a la espera que los 17.500 millones de euros de ayudas, concedidas para paliar la pobreza masiva, permitieran una “integración paulatina”, a partir del 2014.

Cómo es lógico, los rumanos y búlgaros pobres (gitanos incluidos) no aspiran a instalarse en Escocia ni en Berlín, ni siquiera en Luxemburgo o en Bruselas. Por razones culturales e históricas, sueñan con emigrar a Italia y Francia.

Consumada la emigración, en caravanas, la instalación de esos inmigrantes pobres, sin recursos, en lugares públicos o privados, plantea inmediatos problemas de higiene, no integración, educación, asistencia pública, etc. No se trata de una “criminalidad” particular. Si se trata, en ocasiones, de “mendicidad agresiva” (en París y otras grandes ciudades).

Ante tal evidencia, Francia ha recurrido a lo acordado en la negociación del ingreso de Rumanía y Bulgaria en la Unión: expulsar a rumanos y búlgaros en situación irregular, mayoritariamente gitanos, pagándoles el viaje de vuelta a su país, dándoles comida y dinero de bolsillo.

Quedan en suspenso varias preguntas:

-¿Dónde han ido a parar los 17.500 millones de euros pagados por los contribuyentes para intentar ayudar a los gitanos europeos...?

-¿Qué hacer con los gitanos rumanos o búlgaros que no desean vivir en sus países y no tienen derecho a residir en Francia o Italia más de tres meses, si no tienen contratos de trabajo...?

Juan Pedro Quiñonero, http://abcblogs.abc.es

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