12 de agosto de 2010

La revista Time
catalogó a Machado como el Musolini cubano


A propósito de la fecha de hoy:
caída del gobierno de Machado

Gerardo Machado (1925-1933)

Adolfo Rivero Caro


Cuando Gerardo Machado y Morales tomó posesión [como Presidente de Cuba] el 20 de mayo de 1925, era auténticamente popular. La gente estaba cansada de la politiquería de Zayas y pensaba que Machado podía restaurar el principio de la autoridad y, al mismo tiempo, impulsar el desarrollo económico.

Machado, en efecto, menos de dos meses después de su toma de posesión ya firmaba la Ley de Obras Públicas que contemplaba un ambicioso plan que incluía la construcción de una carretera central y sus ramales, además de acueductos, alcantarillados y numerosas obras de pavimentación de calles en todo el país.

Al frente del programa constructivo estaba un dinámico administrador, Carlos Miguel de Céspedes. La carretera central, de Pinar del Río a Santiago de Cuba, fue una obra de importancia decisiva para la nación. Se comenzó en 1925 y se terminó en 1930. Tenía 1,143 kilómetros de largo y fue un poderoso factor de integración nacional. Al pasar por los pueblos se convirtió en la calle principal, con aceras, desagües y, a veces, hasta con un parque o un nuevo edificio público. Las poblaciones a lo largo de la carretera central atrajeron a la gente del campo que pudo ver por sí misma las ventajas de la civilización.

También se emprendieron planes para el crecimiento y embellecimiento de la Universidad de La Habana. Su imponente escalinata así como el stadium datan de esta época. Esta fiebre de construcción deslumbró a la gran mayoría del pueblo cubano. Sin embargo, al mismo tiempo, Machado estaba reorganizando discretamente las fuerzas armadas y colocando cuadros incondicionales en todos los puestos claves.

El 16 de agosto de 1925 se fundó el Partido Comunista de Cuba, "la vanguardia organizada y consciente de la clase obrera". Hubo 17 delegados. Entre los presentes en la fundación estaban Julio Antonio Mella, Carlos Baliño, Alfonso Bernal del Riesgo, Miguel Valdés, Fabio Grobart, Enrique Flores Magán, del Partido Comunista de México, que era el delegado de la Internacional, y algunos invitados extranjeros…

Julio Antonio Mella fue expulsado de la Universidad en 1925 por actividades subversivas. Mella se declaró en huelga de hambre y, en definitiva, fue puesto en libertad y salió de Cuba a principios de 1926. Eventualmente, llegó a México donde ayudó a fundar el Partido Comunista de México.

Machado fue un dirigente complejo. Un hombre sin duda autoritario y brutal pero también muy decidido a buscar el desarrollo del país. Estaba ansioso por buscar las inversiones extranjeras y sobre todo norteamericanas, pero de ningún modo podía considerarse como un simple títere de los intereses foráneos. En 1926, por ejemplo, nombró a Orestes Ferrara embajador de Cuba en Estados Unidos con vista a dar una batalla por la revisión del Tratado de Reciprocidad de Cuba con Estados Unidos.

Aprovechó que Estados Unidos estaba interesado en un convenio consular, un convenio para la extradición de criminales y otro para impedir el contrabando de licores, narcóticos e inmigrantes ilegales. Machado aprovechó que la Ley de Obras Públicas imponía un recargo del 10% sobre todos los artículos de importación considerados suntuarios y otro del 3% sobre todos los productos de procedencia extranjera, excepto los alimentos. Esto hizo bajar las importaciones.

Estableció una Comisión Técnica Arancelaria y en 1927 anunció cambios para proteger y estimular la producción agrícola e industrial. Era la primera vez que Cuba independiente tenía su propia tarifa aduanal, de tipo moderno y elaborada para defender sus propios intereses. La producción de aves, huevos, carnes, mantequilla, queso, cerveza y calzado aumentó notablemente. Así mismo, Cuba concertó varios tratados comerciales (España, Portugal, Japón, Chile) de manera completamente independiente. En 1927 se inauguró el hermoso monumento a las víctimas del "Maine".

Siguiendo viejas tendencias, Machado quiso reelegirse. En 1926 se adoptó la fórmula del llamado "cooperativismo", una versión tropical del fascismo europeo. Se sostenía que la causa de los males del país estaba en su democracia parlamentaria. Machado debía gobernar con todos los partidos existentes, el Liberal, el Conservador y el Popular. En 1927, el Senado y la Cámara adoptaron una Ley de Reforma Constitucional que prohibía la reelección de Machado después de que hubiese estado 10 años en el poder.

Machado prohibió que el Tribunal Supremo eligiera libremente a los jueces y magistrados, destruyendo así la independencia del Poder Judicial. Hubo violentas protestas estudiantiles. En la Universidad un grupo de estudiantes se organizó en el llamado Directorio Estudiantil, pero severos consejos de disciplina expulsaron a los dirigentes de las protestas. El coronel Carlos Mendieta salió de su retiro para fundar un partido de oposición llamado Unión Nacionalista, que sumó a los disidentes de los partidos que se habían integrado al "cooperativismo"…

Machado estuvo en el apogeo de su popularidad durante la VI Conferencia Internacional de Estados Americanos en enero y febrero de 1928. Machado discutió la abrogación de la Enmienda Platt con Coolidge. No acababa de salir de La Habana cuando aparecieron dentro de un tiburón los restos de un agitador izquierdista español llamado Claudio Bouzón. Junto a él, otros tres jóvenes acusados de comunistas habían sido amarrados y arrojados a los tiburones. Irritado por el macabro hallazgo, Machado prohibió la pesca de tiburones.

La espuria Asamblea Constituyente se reunió el 5 de marzo de 1928. Se ordenó la celebración de elecciones para el 1 de noviembre de 1928, de modo que Machado pudiera ser reelecto por seis años. Los tres partidos del cooperativismo lo postularon y salió sin oposición. El dictador firmó una ley que prohibía la "reorganización de los partidos".

En 1929 se produce el asesinato de Julio Antonio Mella, en México. Mella era una figura conocida internacionalmente y su asesinato perjudicó considerablemente a Machado.

En 1929, en Estados Unidos se produjo el famoso hundimiento de la Bolsa de Valores y el inicio de la Gran Depresión. ..

…Este período coincide, en Cuba, con los años más duros de la lucha contra Machado. Es paradójico que cuando en Cuba, y en todo Occidente, se desarrollaban las simpatías por la Unión Soviética y sus "racionales" métodos de desarrollo económico, en el campo soviético se desarrollaba una guerra contra los campesinos cuyo número de víctimas fue superior al de las víctimas de todos los países en la I Guerra Mundial. Esa era la realidad que ocultaba la brillante fachada teórica del marxismo-leninismo. Sin embargo, la falacia de que un plan centralizado era la forma idónea de buscar un desarrollo económico armónico sedujo fatalmente desde entonces a la mayoría de los intelectuales occidentales.

Las consecuencias de la Gran Depresión provocaron trastornos en América Latina. En 1930, el presidente de República Dominicana Horacio Vázquez fue derrocado por un golpe de estado militar. En Argentina el gobierno de Hipólito Irigoyen fue derrocado por el general Evaristo Uriburu. El Brasil, tomó el poder Getulio Vargas. Muchos exiliados vinieron a Cuba y entre ellos Víctor Raúl Haya de la Torre, líder del APRA peruano. Todos estaban saturados de antiimperialismo. A nuestro continente también llegaban noticias de las luchas contra la dictadura de Primo de Rivera en España.

El partido comunista celebró un congreso el 16 de agosto de 1929 en Manzanillo. En su dirección figuraron César Vilar, como Secretario General, Blas Roca, y Paquito Rosales. En 1930, Machado convocó elecciones parciales para tratar de legalizar su situación pero las mismas provocaron intensos disturbios. Se rompían vitrinas, se pintaban lemas anti-machadistas en las paredes, estallaban bombas, se descarrilaban tranvías, se hacían atentados.

El terrorismo, por cierto, era nuevo en Cuba, donde lo tradicional habían sido los levantamientos armados. El 20 de marzo de 1930 se desarrolló una huelga general en La Habana que sólo consiguió cierto éxito en la capital. Rubén Martínez Villena tuvo que abandonar el país. En esta época se suman al partido Lázaro Peña, tabaquero de La Habana, Aracelio Iglesias, portuario de La Habana, Jesús Menéndez, azucarero de Santa Clara, José María Pérez, Carlos Fernández R., Aníbal y César Escalante y Carlos Rafael Rodríguez.

El 30 de septiembre, una manifestación de estudiantes universitarios fue interceptada y en la refriega fue mortalmente herido Rafael Trejo, lo que dio origen a multitudinarias manifestaciones de duelo popular. Machado suspendió las garantías constitucionales. Se clausuraron los periódicos El Diario de la Marina y El País. La Universidad fue cerrada definitivamente.

Los activistas estudiantiles empezaron a desarrollarse como partidos políticos, tal fue el caso del Directorio Estudiantil de 1927, compuesto por los dirigentes estudiantiles de los años anteriores expulsados en 1927 (Gabriel Barceló, Aureliano Sánchez Arango, Porfirio Pendás, Eduardo Chibás, Ramón Hermida, Edgardo Butari, Inocente Alvarez, Manuel Guillot, Manuel Cotoño, Reinaldo Jordán y Antonio Guiteras); los dirigentes estudiantiles de 1930 (Roberto Lago Pereda, Rafael Escalona Almeida, Juan Antonio Rubio Padilla, Rubén de León, Manuel Varona, Carlos Prío Socarrás, Ramiro Valdés Daussá, Sarah del Llano, Ramón Miyar y Felipe Pazos) y el Ala Izquierda Estudiantil (Rafael García Bárcenas, Porfirio Pendás, Arnaldo Escalona, Justino Lizcano, Eugenio Silva, Pablo de la Torriente Brau, Raúl Roa y Ladislao González Carvajal).

En agosto de 1931, el ingeniero Carlos Hevia, al mando de unos 35 exiliados con pertrechos y municiones entró en la bahía de Gibara y tomó la población, pero luego el ejército lo derrota y aprisiona a los expedicionarios. El ex presidente Menocal y el coronel Mendieta, en lo que se suponía fuera un alzamiento coordinado, organizaron una expedición que fue a dar a Pinar del Río, donde sus integrantes fueron capturados en las ciénagas de Río Verde.

Surgió una nueva organización llamada ABC, dedicada al terrorismo, que en cierta medida capturó la imaginación popular. El programa del ABC, por cierto, criticaba las inversiones extranjeras. En 1932 asesinan al Dr. Clemente Vázquez Bello, partidario de Machado, y se producen terribles represalias. En medio de una creciente violencia, el país se había hundido en la peor crisis económica y política de la historia de la república.

En 1933 es electo presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt. Norteamérica empezaba una nueva etapa. Cuba estaba a las puertas de la revolución de 1933.

En este período aparecen las figuras que van a dominar el escenario político cubano hasta el triunfo de la revolución socialista de 1959. Más importante todavía, es el período en que las ideas socialistas y antiliberales se van popularizando y van conquistando la hegemonía cultural en nuestro país: la idea de que Cuba era un país rico al que se le despojaba de su riqueza (¿quién sino la burguesía nacional y las empresas extranjeras?), la idea de que el estado tenía que intervenir en la "solución" de los problemas sociales, la idea de que la tarea fundamental de los políticos era la distribución de la riqueza social y no el estímulo a su creación, la idea de que la riqueza de unos generaba la pobreza de otros, la idea de que los empresarios son explotadores por definición y que sólo una enérgica intervención estatal puede poner coto a su voracidad, la idea de que poderosos intereses socioeconómicos eran responsables de los problemas y dificultades del país aunque no de sus logros, la idea de que esos intereses creados corrompían a todo el mundo y que sólo jóvenes "sin vínculos con el pasado" podrían efectuar los mágicos cambios que necesitaba el país.

Esencialmente, la mayoría de estas ideas provenían de la Ilustración Francesa, recibieron su forma moderna con el marxismo y se difundieron durante decenios apoyadas por el centro revolucionario anticapitalista que significó la Unión Soviética. La nueva dirección política que se gesta en este período de la Historia de Cuba, consiguió impresionantes logros pero, en lo fundamental, perdió la batalla de las ideas. Fueron los representantes de las ideas colectivistas y anticapitalistas los que eventualmente consiguieron llegar al poder y establecer su dictadura. No fue un milagro ni un accidente. El terreno ideológico y cultural estaba bien preparado. Los programas de todos los partidos políticos cubanos antes del triunfo revolucionario, fundamentalmente surgidos en este período, eran de inspiración socialista. Todavía hoy, aún en el exilio, cualquier cubano se identifica orgullosamente como "de izquierda" pero nadie se identifica con la misma satisfacción como "de derecha". Y lo peor de todo es que, en ese terreno de las ideas, no parece que hayamos avanzado mucho. Las ideas de la libertad, del liberalismo, siguen siendo minoritarias entre los cubanos. Esa es la gran batalla que tenemos por delante.

© Adolfo Rivero Caro
Publicado el 9 de enero de 2002 en CONTACTO Magazine
(Editado por su extensión)
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