9 de agosto de 2010


Curiosidades

Nada o casi nada queda de los lugares que conoció Velázquez, ni la iglesia de San Juan donde fue enterrado, ni el Alcázar que tanto visitaba por ser el pintor de cámara de los reyes, ni su casa, a pocos pasos del Alcázar, la Casa del Tesoro, ni el obrador anejo a su casa.

La iglesia de San Juan fue derribada por José Bonaparte para construir la Plaza de Ramales, el Alcázar fue pasto de las llamas en la Nochebuena de 1734, hoy sobre sus restos se levanta el Palacio Real.

La Casa del Tesoro y el obrador donde se pintaron las Meninas también desaparecieron por obra de José Bonaparte para construir la actual Plaza de Oriente.
Todo desapareció, incluso los restos mortales del pintor.

Lo que no ha desaparecido son sus obras ni el recuerdo de aquellos lugares en el que el pintor vivió.


En la Plaza de Oriente, justo donde se encuentra el Café de Oriente, hay una placa que recuerda que en ese mismo lugar vivió y trabajó uno de los grandes genios de la pintura y donde se pintó uno de los cuadros más importantes y más influyentes de la historia del arte, Las Meninas.

Foto: Las Meninas, Diego Velázquez.
Museo del Prado, Madrid.
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