11 de febrero de 2015

Historia de las pelucas

 
Historia de las pelucas

Los egipcios fueron buenos artesanos  elaborando pelucas que se confeccionaban con cabellos naturales. Hoy en día, se conservan algunos ejemplos de dichas confecciones en diferentes museos del mundo. Por aquellos tiempos también eran populares las pelucas entre los pueblos asirio y fenicio.  

La pelucas no fueron tan populares en el lejano oriente, pues solo se usaban entre los actores de teatro. Podemos citar las pelucas katsura usadas en el teatro tradicional japonés. Del mismo modo, las pelucas fueron usadas también por las geishas.

Las pelucas eran populares en la época clásica, en Grecia y Roma. En el siglo I a.C. tuvieron gran aceptación las pelucas rubias en Roma, confeccionadas con cabellos de los pueblos germánicos  sometidos por los romanos. Ya en el cristianismo, la Iglesia trató de eliminar repetidamente su uso por su relación con actividades festivas o licenciosas. En el año 629 D. C. el Concilio  de Constantinopla excomulgaba a los cristianos  que se resistieran a prescindir de dicho complemento. Así, a partir de la caída del Imperio romano  el uso de pelucas entró en decadencia.

En el siglo XVI se volvió a rescatar su uso, primordialmete con la finalidad de ocultar la calvicie. Por ejemplo, a medida que envejecía, la reina  Isabel I de Inglaterra se fue haciendo con una importante colección  de pelucas rojas, elaboradas y peinadas al estilo romano. Las pelucas también tenían el propósito de prevenir la tiña y los piojos, enfermedades muy frecuentes en aquella época debidas a las malas condiciones de higiene, así como para encubrir la suciedad. Por su parte, el rey Luis XIII de Francia puso de moda a partir del siglo XVII que los hombres llevaran pelucas.

Las pelucas se introdujeron en el mundo anglosajón  en la época del rey Carlos II de Inglaterra, al tiempo de la restauración del trono en Inglaterra después de un largo exilio en Francia. Estas pelucas llegaban a la altura de los hombros, imitando los largos cabellos tan de moda entre los hombres desde la década de 1620.

Siendo las pelucas una prenda  obligatoria para los hombres de prácticamente toda extracción social, el gremio de peluqueros ganó un prestigio considerable. El gremio de los peluqueros se estableció en Francia en 1665. Las pelucas en esa época eran muy elaboradas y cubrían fácilmente los hombros y el pecho. No es extraño que fueran pesadas e incómodas. La pelucas más caras se elaboraban con cabellos humanos,   no obstante había materiales alternativos mas económicos como el pelo de caballo y cabra.  

En el siglo XVIII las pelucas se llevaron empolvadas para darles su color blanco característico. Las que usaban las damas de la corte solían ser tan recargadas y voluminosas que se veían obligadas a viajar con la cabeza gacha en sus carruajes para no estropear el efecto de sus aparatosos tocados. Sin embargo en la época georgiana en Inglaterra, el primer ministro William Pitt  impuso un impuesto para que quien quisiera usar una peluca empolvada lo pagase. Fue un un impuesto ridículo y desmesurado, por lo que la misma gente optó por empolvarlas por si mismos con harina o cal.

En el siglo XIX existía una gran variedad de pelucas disponibles, si bien las pelucas completas no estuvieron de moda a lo largo de dicho siglo y a principios del siguiente,  pues prácticamente solo las utilizaban las damas mayores que habían perdido su cabello.

En los Estados Unidos de Norteamérica, las pelucas se llevaban habitualmente
durante los primeros años, según la moda al uso en Ingleterra y en Europa en general.  Así lo hicieron John Adams, Thomas Jefferson, James Madison y Alexander Hamilton.  Actualmente, en la mayoría de los países de la Commonweath las pelucas especiales son llevadas por abogados y jueces  y un cierto número de oficiales del Parlamento como símbolo de su oficio. Hasta 1823, también todos los obispos  del Reino Unido utilizaban pelucas ceremoniales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario