¿Regresará al Maine
el águila norteamericana?
En
noviembre de 2013 Tania Díaz Castro, desde La Habana,
escribió
el siguiente artículo que hoy cobra actualidad
ante
el posible restablecimiento de las relaciones diplomáticas
entre
EEUU y el gobierno castrista.
LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org – Por estos días y sin
discreción alguna, los cubanos que tienen algún contacto con las obras de
construcción del Historiador de La Habana, comentan que el águila
norteamericana volverá al Maine. Unos con sorpresa y otros con la esperanza de
que Cuba vuelva a la normalidad.
¿Será que el disparate que cometió
Fidel Castro el lro de mayo de 1961, al derribar y destruir el águila
norteamericana de bronce que coronaba el monumento al buque norteamericano
Maine y los bustos de Leonard Wood, William Mc Kinley y Theodore Roosvelt, va a
ser rectificado para la historia?
Ningún historiador decente puede
afirmar que el acorazado Maine, que llegó a la isla en visita de amistad, hizo
explosión de forma intencional el 15 de febrero de 1898 en el puerto de La
Habana, para que el gobierno de Estados Unidos se apoderara de Cuba.
Si los Estados Unidos se hubieran
apoderado de Cuba, algo que fácilmente habrían logrado al finalizar la guerra
de independencia, hoy los cubanos no sufriríamos una dictadura militar de más
de medio siglo, ni el país estuviera destruido.
En las tempranas fechas de 1898 y
1911, ya se sabía la causa del estallido y en 1976 se elaboró un informe muy
detallado donde se llegó a la conclusión de que el grave accidente, donde habían
muerto 230 marineros, 28 marines y dos oficiales, se debió al calor producido
por el fuego de una carbonera próxima al pañol de la reserva.
Es de pensar que aún mutilada,
molestaba a Fidel Castro que la proa de la galera del monumento al Maine, que
miraba hacia el Norte, fuera la señal de que desde aquel país, recibiera Cuba
la ayuda necesaria para que terminara el derramamiento de sangre fratricida,
ocasionada por la guerra contra España y que el águila se viera en vuelo hacia
su hogar, una evidencia de que no pretendía amenazar a la isla.
También molestaba la figura en bronce
de los tres ilustres patriotas norteamericanos: Wood, quien tanto ayudó a Cuba,
completamente en ruinas. Mc Kinley, veterano de la Guerra Civil estadounidense,
quien logró la inmediata retirada de las tropas españolas de Cuba y murió
asesinado unos meses después de haber apoyado la independencia de la isla. Roosevelt,
historiador y naturalista, galardonado con el Premio Nobel de la Paz,
presidente líder de las reformas en EE.UU. y quien luchó a favor del ciudadano
norteamericano de a pie.
El bello monumento dedicado a las
víctimas fue construido en 1926 en el Vedado habanero. Aunque desde 1961 se ha
mantenido mutilado, en febrero de este año, para sorpresa de muchos, ha sido
restaurado por primera vez y según se comenta, volverá a su estado original.
Algo que demuestra el respeto y el
cariño que el pueblo cubano sentía por Estados Unidos, fue el hecho de que
Carlos López, un joven pescador cubano, encontrara la bandera del Maine
flotando en las aguas de la bahía habanera pocas horas después de la explosión
y,que de inmediato, la entregara a las autoridades norteamericanas.
Durante un siglo su familia y amigos
guardaron una emotiva carta de agradecimiento que Fitzhugh Lee, Cónsul General
de los Estados Unidos de América, enviara a la casa del humilde pescador, en la
calle Rosa, esquina a Santa Rita, poblado de Regla, perteneciente al municipio
de La Habana. En el 2000 la carta fue entregada por la familia al señor Eusebio
Leal, historiador de la ciudad, quien también conserva el águila.
La noticia apareció en el periódico
Juventud Rebelde del 12 de septiembre de ese año, con una foto de la misiva.
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