Virgen de la Caridad
José Martí
Madre mía
de mi vida y de mi alma,
dulce flor
encendida,
resplandeciente
y amorosa gasa
que mi
espíritu abriga.
Serena el
escozor que siento airado,
que
tortura mi vida.
¡Qué tirano
atormenta el alma mía!
¡Se
rebela, maldice,
no quiere
que yo viva
mientras
la Patria amada
encadenada
gima!
Un gran
dolor la sigue
como al
hombre la sombra fugitiva,
y los dos
me acompañan
junto con
la fatiga.
Mata en mí
la zozobra
y entre
las nubes de mi alma, brilla…
¡El
peregrino muera!
¡Que la Patria
no gima!
Ilustración:
Virgen de la Caridad, óleo de Cundo Bermúdez.
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