5 de mayo de 2013

REFLEXIÓN



« …Os he hablado ahora que estoy a vuestro lado;
 pero el Paráclito, el Espíritu Santo,
que enviará el Padre en mi nombre,
será quien os lo enseñe todo
y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La Paz os dejo, mi Paz os doy:
No os la doy como la da el mundo.
 Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde…»
Juan 14, 23-29


Quiero estar contigo, Señor,
cerca para no perderte y, no perdiéndome de Ti,
no olvidar a los que día a día me rodean.
Que tu Palabra, Señor, sea la que me empuje
a no olvidarte, y no olvidándote,
dar razón de tu presencia aquí y ahora.

Quiero estar contigo, Señor,
Y a pesar del vacío que existe en el mundo,
intentar llenarlo con mi débil esfuerzo,
con mis frágiles palabras,
con mi alegría, fruto de mi encuentro contigo.

Ayúdame, Señor, a guardar tu Palabra,
a llevarla cosida a mis pensamientos,
a practicarla en las pequeñas obras de cada día,
a demostrarme a mí mismo
que cumpliendo tus deseos
y guardando tus promesas
es como podré alcanzar la Vida Eterna.

Quiero estar contigo, Señor,
en las horas de luz cuando a las claras te veo,
y en las noches oscuras al sentir que te pierdo.
En las pruebas amargas cuando eres mi bálsamo,
y en los instantes de soledad cuando avanzo sólo.
Aquí me tienes, Señor, torpe y débil,
pero recordando que cumplir y amar tu Palabra
es la mejor autopista para llegarme hasta el cielo.
Amén.

Javier Leoz, betania.es

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