Belén, donde nació Jesús
Belén es una ciudad de la antigua región de Cisjordania, situada a unos 9
km al sur de Jerusalén y enclavada en los montes de Judea. Desde diciembre de
1995, se encuentra administrada por la Autoridad Palestina. Su población actual
es de 27.000 habitantes, siendo la mitad
musulmanes y la otra mitad cristianos, en su mayoría ortodoxos.
La ciudad
tiene gran significado religioso para los cristianos al ser de acuerdo con la
Biblia el lugar de nacimiento de Jesús de Nazaret, según los Evangelios de
Lucas y Mateo. Es también un importante lugar de peregrinación para los judíos,
que veneran la tumba de Raquel, situada a la entrada de la ciudad, y para los
que la ciudad es lugar de nacimiento y de coronación del rey David.
Belén en la Antigüedad
Belén era
una ciudad cananea 3000 años a. C., época en la que los cananeos asentados
en la región levantaron pueblos rodeados de murallas para protegerse. Adoptaron
al dios de la fertilidad Lahmo con el nombre de Lahama, al que levantaron un
templo en la actual colina de la Natividad, que dominaba el valle fértil que se
extiende al pie de la ciudad. De su nombre deriva el actual nombre de Beit
Lahama, casa de Lahama. Se la
describía como un importante lugar de descanso para los viajeros que iban de
Siria y Palestina a Egipto. En 1200 a.C. los filisteos gobernaban el país,
al que llamaron Palestina.
La tradición
bíblica
A finales
del II milenio a.C. la población pertenecía a la tribu de Judá. La
tradición judaica considera la ciudad la cuna del rey David, que daría una gran
fuerza política al naciente reino de Israel y bajo el cual el reino adquiriría
un gran esplendor. Ello llevaría a que nueve siglos después (David es del siglo
X antes de Cristo) la ciudad fuera asociada a otro gran personaje como su
descendiente: Jesús de Nazaret, ya que Belén era el lugar donde los profetas
habían anunciado que nacería el Mesías.
La Edad Media
A finales
del siglo IV, con la partición del imperio romano Belén pasó a depender de
Bizancio y se convirtió en un importante centro religioso: se levantaron
iglesias, monasterios y conventos. El emperador Constantino I mandó construir, en el lugar donde se había
producido el nacimiento de Jesús, la basílica de la Natividad, que constituye
el mayor atractivo religioso y turístico de la ciudad.
En el año
529, la revuelta de los samaritanos contra el
imperio bizantino asoló la
ciudad y sus alrededores: la muralla de la ciudad y la basílica fueron
destruidos, pero una vez la revuelta aplacada, iglesia y muralla fueron restauradas por el emperador bizantino
Justiniano I.
Casi un
siglo después Palestina fue invadida por los persas, que llegaron a establecer relaciones amistosas con las autoridades
eclesiásticas cristianas. Esta política de tolerancia se mantuvo hasta 1009 cuando
se lanzaron campañas de persecución
contra los cristianos. Pero se respetó sin embargo a la rica comunidad
cristiana de Belén al objeto de seguir recibiendo sus tributos.
En 1099 Belén
fue conquistada por los cruzados que fortificaron la
ciudad e instalaron una comunidad. Suplantaron
las antiguas autoridades cristianas de
la ciudad e impusieron el uso del latín. El día
de Navidad de 1100, Balduino I, primer
rey del Reino Latino de Jerusalén, fue coronado en Belén, y ese año fue
establecido un obispado católico en la ciudad.
En 1187
Saladino venció a los cruzados y conquistó Belén. En un primer tiempo las
relaciones con Occidente fueron cortadas, privando a la población de buena
parte de sus recursos. Pero en 1244 dos tratados firmados con monarcas europeos
permitieron a los frailes agustinianos regresar y reabrir el paso de los
peregrinos a la ciudad. Al poco tiempo, en 1250, la conquista del país por los
mamelucos circasianos (otro grupo islámico) acabó con la tradición de tolerancia y
convivencia que caracterizó la historia de Belén.
En 1263 las torres y las murallas fueron derrumbadas y
las autoridades cristianas expulsadas. El siglo siguiente vio un
restablecimiento paulatino de las influencias occidentales; se instaló una
comunidad de franciscanos y los agustinianos regresaron.
La Edad
Moderna
En el
siglo XVI los turcos conquistaron Palestina, y en Belén empezó un
periodo de conflictos entre franciscanos y ortodoxos griegos por la posesión de
los santuarios, conflictos que habrían de durar siglos. Los lugares santos del
cristianismo pasaban de una comunidad a otra según el favor del que gozaban sus
naciones de origen ante el califa otomano, por lo que estas disputas religiosas
alcanzaron rápidamente dimensiones de política internacional. A finales del
siglo XVIII el pueblo de Belén se había familiarizado con las costumbres y
gustos europeos gracias al contacto permanente con los peregrinos cristianos, y
su situación económica se había visto mejorada.
Edad
Contemporánea
Egipto
gobernó la región a partir de 1831 durante una década ensombrecida por una
violencia creciente, por lo que se ordenó desarmar a la población y destruir el
barrio musulmán de Belén. En 1841 el imperio otomano recuperó el gobierno de
Palestina, aumentándose los impuestos y el desempleo, por lo que muchos de los
habitantes de Belén marcharon al extranjero.
Con la
Primera Guerra Mundial se terminó el gobierno otomano en 1917, y Palestina
pasó bajo el mandato británico en 1922. En
1947, en el Plan de Partición de Palestina propuesto por la ONU, Belén fue
designada junto a Jerusalén como territorio internacional administrado por la
propia ONU una vez que expirase el mandato británico.
Sin
embargo, tras la primera guerra árabe-israelí, que estalló inmediatamente
después, Belén fue ocupada por Transjordania y, junto al resto de Cisjordania,
pasó a integrar en 1950 el Reino de Jordania.
En 1967,
durante la Guerra de los Seis Días, Belén
fue ocupada por los israelíes al igual que el resto de Cisjordania. En 1955, tras acuerdos firmados en Oslo fue transferida como parte del territorio
autónomo administrado por la Autoridad Nacional Palestina.
Hemos reseñado sucintamente la historia
política de Belén. Queda para una crónica posterior el significado religioso de esta
ciudad, también eterna, donde un humilde pesebre fue la primera cuna de Jesús
de Nazaret.
Fuente: Wikipedia.org
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