MALDAD, NO ARMAS
Maldad,
no armas
Por
Fernando J. Milanés, MD
En
Lógica se estudia la asociación como parte de la resolución de un problema.
Por ejemplo si en una esquina se observan más accidentes que en otras y es la
única donde no existe semáforo, se pudiera deducir por lógica que la falta de
este es la causa de los sucesos. Pero si nos fijamos que también es el único
lugar donde se halla una tienda, ¿porqué no son las tiendas la causa?
Es
que para entender razones hace falta más de un elemento de asociación. En una
sociedad como la que vivimos, donde deseamos respuestas y soluciones
inmediatas, cuando se confrontan tragedias como la masacre ocurrida en un
colegio de Connecticut, es fácil aprovechar la ocasión para dar y/o escribir
dando opiniones que favorecen nuestra agenda aunque estas no sean totalmente
validas.
La maldad innata en los seres humanos, parte
de nuestro ser, es un factor que siempre está presente en estos actos. Este
impulso nocivo, tiene que ser dominado en cada persona como parte de una
voluntad individual, y esta predisposición está orientada y alimentada por
valores que se implantan en el ser desde pequeño. La cultura en una sociedad se
forja en un núcleo familiar estable, una creencia, una educación y un ambiente
donde los estímulos externos se dirijan hacia el bien y no el mal, hacia la
compasión y no la violencia, el perdón y no la venganza.
En
el mundo siempre han ocurrido estas acciones para todos difíciles de
comprender. Si se analizan las razones de su prevalencia actual, tendremos que
comenzar en nuestra cultura, donde la unión familiar y las responsabilidades de
esta, son atacadas, inexistentes, o delegadas a otros. Vivimos un mundo donde
el creer en un Dios, es visto como un atraso del intelecto, donde lo material
impera sobre el espíritu y la satisfacción inmediata se alienta desde niño y se
mantiene en los adultos. La conclusión correcta en el ejemplo inicial es que
los semáforos son solo una razón externa de no chocar y con esa excusa se
pierde la verdadera causa, la responsabilidad del chofer. Al igual que hay
accidentes aunque existan los semáforos, un buen conductor no los necesita.
En
el asesinato de ayer de seguro contribuyó un desajuste mental y la existencia
de armas, pero el factor principal fue la ausencia de un control de la maldad
por el ejecutor. Aun en casos de enfermedades mentales, donde existe más
potencial de violencia, esta refleja a la sociedad imperante. Nietzsche
escribió que los enajenados bailaban solos y otros no, porque solo ellos oían
la música. Esa música alucinada o real es siempre la misma popular del momento.
La violencia de nuestra época se refleja igual en los psicóticos que en los
demás. En el caso de las armas de fuego, estas son solo un instrumento para
ejecutar una acción y aunque se debe limitar su fácil acceso, su ausencia no
evitaría la violencia del momento, solo cambiaria el método.
Fernando J Milanés MD, 15
de diciembre de 2012
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