4 de diciembre de 2012

LOS REYES MAGOS NO TIENEN PEDIGRI ANDALUZ


Los Reyes Magos
no tienen “pedigrí” andaluz


El Papa ha despertado una gran curiosidad por conocer mejor el Belén y los relatos bíblicos sobre la Navidad. Aunque no era su intención fomentar la polémica, al menos ese ha sido el aspecto positivo [¿?] de las interpretaciones erróneas que han surgido en torno a su último libro «La infancia de Jesús».

«El Papa no enmienda la plana al Evangelio», dijo con atino el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, la semana pasada cuando aclaró que «cualquiera» que hubiera leído los evangelios de Lucas y Mateo «sabe que la mula y el buey no estaban en el pesebre durante el nacimiento de Jesús». Fue la tradición la que incorporó estos animales a la iconografía del Belén retomando la profecía de Isaías cuando dice en el Antiguo Testamento: «Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo».

Según explicó el portavoz de los obispos, «San Francisco de Asís recuperó la mula y el buey en aquel primer Belén que montó en la Nochebuena de 1223 como símbolo del amor del nuevo pueblo de Israel (la Iglesia) que sí reconoce al Señor». «Poned estas Navidades el Belén con el buey y la mula y sabed que éstos significan que hay que seguir con nuestra preciosa iconografía que nos ayuda a entender que las expectativas de los profetas en el Antiguo Testamento se cumplen en Belén», dijo entonces.

¿Andaluces?
Pero la polémica no se quedó allí y ayer le tocó el turno a los Reyes Magos, a quienes le atribuyeron nada menos que pedigrí andaluz. En pocas horas el origen «tartésico» de los Reyes Magos se convirtió en trending topic en las redes sociales. Y todo porque el Papa menciona a «Tartessos, España» cuando explica en el capítulo IV de su libro «qué clase de hombres eran esos que Mateo describe como Magos venidos de Oriente».

Pues Benedicto XVI recuerda una vez más que, como en el caso de la mula y el buey, la tradición ha ido enriqueciendo la figura de los Reyes Magos. En un principio, y según relata el Evangelio de Mateo, las personas que iban a adorar a Jesús eran Magos de Oriente. Sin embargo, en el Salmo 72 y en el Libro del profeta Isaías en el Antiguo Testamento se menciona «a unos reyes que venían de Oriente y le traían regalos». «El pesebre es el cumplimiento del Antiguo Testamento y por eso se ha quedado como los Reyes Magos de Oriente», explica el profesor de Nuevo Testamento de la Universidad San Dámaso, Andrés García Serrano.

Con respecto a Tartessos, el sacerdote recuerda que en ningún momento el Santo Padre dice que «los Reyes Magos fueran andaluces», como tampoco lo hace el Antiguo Testamento, ni los evangelios de Lucas y Mateo. «Lo que explica el Papa es que los magos no eran otra cosa que buscadores de la verdad. Representaban a todos los hombres buscadores de Dios de todos los tiempos y de todos los lugares y eso incluía a todo el mundo hasta entonces conocido y cuyo límite occidental era Tartessos, en la península ibérica», explica.

Al mencionar a Tartessos, Benedicto XVI se refiere a este límite geográfico que tenía el mundo en el siglo I a. C. «El Papa afirma que los Magos son de Oriente pero que en esa inquietud por buscar a Dios están representados los hombres buscadores de Dios de todos los lugares y de todos los tiempos», insistió. 

El propio Santo Padre cierra el paso a toda polémica cuando dice: «Queda la idea decisiva: los sabios de Oriente son un inicio, representan a la humanidad cuando emprende el camino hacia Cristo, inaugurando una procesión que recorre toda la historia. No representan únicamente a las personas que han encontrado ya la vía que conduce a Cristo. Representan el anhelo interior del espíritu humano, la marcha de las religiones, de la razón humana al encuentro de Cristo».

Reproducido de ABC, Madrid.

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