El Rey Pedro III de Aragón, a quien ahora los catalanes llaman Pere II |
La
Historia de la Corona de Aragón
“cocinada”
por el nacionalismo catalán
Roberto Pérez, Zaragoza
ABC, Madrid
La historia de la Corona de Aragón es una de las
materias que vienen saliendo damnificadas por la «construcción nacional» del
independentismo catalán. A lo largo de los años, Aragón se ha quejado de la
insistente voluntad de reescribir la historia para acomodarla a las tesis
independentistas de Cataluña. Uno de los episodios más recientes ha sido la
difusión, a través de un portal oficial vinculado a la Generalitat, de la idea
del «Reino de Cataluña», obviando que en realidad fue un territorio más dentro
de la Corona de Aragón. Pero ha sido un episodio más dentro de una ya larga
lista de polémicas históricas que, en Aragón, son sentidas como agravio a la
memoria de la Corona de Aragón y, por extensión, a la historia del propio Reino
de España.
«Reino de
Cataluña»
Mes pasado, mediados de octubre: en una página
web turística vinculada a la Generalitat (cataloniatours.cat), se difunden ante
todo el mundo varias rutas turísticas ligadas al pasado de esa región. Y una de
ellas se basa en la «casa real catalana». Hasta ahora, el nacionalismo
vecino solía hablar de la «Corona catalano-aragonesa», un concepto que
historiadores e instituciones aragonesas han insistido desde hace años en
denunciar como una falsedad histórica de asombroso calibre.
Ahora, la Generalitat dirigida por CiU -partido
entre cuyas cabezas visibles se cuenta al oscense, de Alcampell, Josep
Antoni Duran i Lleida- da un paso más y habla abiertamente de la «casa real
catalana». Obvia por completo el nombre de Aragón, y no parece un olvido sin
más. Así lo hace cuando, en esta web, al referirse a finales del siglo XV
apunta que «es en aquella época esplendorosa que nace la concepción de la
nación catalana como una unidad territorial y lingüística, entre países
hermanos y de igual a igual, que reúne el Principado de Andorra, el Principado
de Cataluña, el País Valenciano y las Islas Baleares». Ni mención a Aragón,
pese a que la realidad de aquel momento era que la actual Cataluña era un
territorio más de la Corona de Aragón, junto a lo que hoy son la Comunidad Valenciana
y Baleares.
Como ha recordado en reiteradas ocasiones el
historiador Domingo Buesa, nunca existió un Reino de Cataluña, sino un
Condado de Barcelona. Y éste accedió a la condición de territorio real en
el siglo XII, «cuando la reina Petronila de Aragón se casó con el conde Ramón
Berenguer IV de Barcelona, y el hijo de ambos, Alfonso II, fue el primer rey de
la Corona de Aragón».
El rey
Pedro III, «rebautizado»
Más episodios. Año 2009: Cataluña provoca
otra disputa con Aragón a vueltas con la historia, cuando la Generalitat
«rebautizó» al rey Pedro III de Aragón como «Pere II». Tampoco era una mera
catalanización del nombre del rey aragonés. Tras la maniobra había un objetivo
más amplio, que engarza con la vocación nacionalista por ir construyendo su
relato de la inexistente Corona catalana: «encontrado» un rey por la vía de la
catalanización de su nombre y del ordinal (Pedro segundo, en vez de Pedro
tercero, para engarzarlo con el orden del supuesto linaje real catalán),
quedaría argumentada la existencia de una Corona a la catalana. En aquel
momento surgió en Aragón un amplio movimiento de contestación social y
política. El PAR acusó al nacionalismo catalán de «profanar» la historia de
Aragón y, por ende, la de España.
Archivo de
la Corona
Sin embargo, la insistencia con la que el
nacionalismo catalán trata de ningunear su pasado como un territorio más de la
Corona de Aragón contrasta con el especial celo que, a lo largo de los años,
los sucesivos gobiernos nacionalistas de la Generalitat han puesto para blindar
y cerrar el paso a la gestión compartida del Archivo de la Corona de Aragón,
que tiene su sede física en Barcelona.
El Archivo de la Corona de Aragón es de
titularidad estatal. Hace tiempo se instauró una fórmula de gestión compartida,
para que Cataluña no tuviera sobre dicho archivo más voz que cualquier otro de
los territorios que formaron parte de la Corona aragonesa. Se creó el patronato
del Archivo de la Corona de Aragón, órgano del que forman parte los
actuales gobiernos autonómicos de las comunidades cuyos territorios formaron
parte en la histórica Corona: Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana y
Baleares. Pero quedó en papel mojado. La Generalitat ha presionado, y
conseguido, para mantener bloqueado ese patronato.
Lo cierto es, sin embargo, que los sucesivos
gobiernos centrales han preferido aparcar la polémica con una salomónica
decisión: no convocar al patronato del Archivo de la Corona de Aragón. Y así se
está desde hace años.
El
Principado de Gerona, aragonés
La historia, eso sí, deja datos curiosos. Por
ejemplo, el hecho de que el título de Príncipe de Gerona -que ostentan
los herederos al trono de España, actualmente Don Felipe- es un título nacido
y perteneciente a la historia de la Corona de Aragón, no de Cataluña.
El Principado de Girona remonta su origen al
año 1351. Fue instituido inicialmente como Ducado por el rey Pedro IV de
Aragón en el año 1351. Medio siglo después, Fernando I de Antequera,
primer rey de Aragón de la dinastía de los Trastámaras, elevó la categoría a la
dignidad de Principado en 1416 con el que distinguir al heredero a la
Corona de Aragón. El infante Don Alonso (futuro rey Alfonso V) fue el primero
en recibir el título de Príncipe de Gerona. Desde entonces, la tradición se
mantuvo, con la celebración de la ceremonia en la que se juraba al heredero al
trono y se le investía con el título de Príncipe de Gerona. La ceremonia, por
cierto, siempre se hacía en Zaragoza en primer lugar, y luego solía repetirse
en otros territorios que formaban parte de la Corona de Aragón.
Hay quienes abogan, caso concreto del PAR, por
que las Cortes aragonesas aprueben una ley de derechos históricos que, entre
otras cosas, recoja aspectos como el título del Príncipe de Gerona ligado, como
lo estuvo, a la honda historia de la Corona de Aragón. Una pretendida ley de
derechos históricos que el PAR también cree que serviría para plantar cara a la
persistente «manipulación» de la historia por parte del nacionalismo catalán.
Reproducido de ABC, Madrid
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