UNA PILA BAUTISMAL
JOYA DE
NUESTRO PATRIMONIO HISTÓRICO
La historia de esta joya habría que
comenzarla no en la parroquia de Nuevitas donde se encuentra actualmente, sino
en la Parroquial Mayor de Santa María del Puerto del Príncipe (actual catedral
de Camagüey), lugar donde se colocó por primera vez. El obispo Fr. Gerónimo
Valdés, en una fecha tan remota como el 27 de julio d 1704, hace alusión a esta
pila bautismal, pero es el obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz quien, en
mayo de 1754, nos da su descripción exacta: "La Pila Bautismal es de
piedra lisa y sólida con su pilar y basa de lo mismo y su tapa de caoba".
Lamentablemente se desconoce el lugar de origen y su artista escultor.
En el año de 1801 es erigida como parroquia la
Iglesia d Nuestra Señora de la Soledad (Camagúey) y a ella es trasladada la pila
bautismal de la Parroquial Mayor. Unos sesenta años después, concretamente en
1862, se hace cargo de la parroquia de la Soledad el P. Ceferino Silva, quien
encarga una nueva pila bautismal. Esta nueva pila, de mármol y proveniente de
Barcelona, fue colocada en la iglesia parroquial el 16 de marzo de 1864. “La
pila vieja fue regalada a la parroquia de San Miguel de Nuevitas, en virtud de
carecer aquella parroquia de ella. Pues se bautizaba en un lebrillo, siendo
cura interino de la misma el Pbro. D. Severino Álvarez”.
Son tres, por tanto, las iglesias donde ha estado
esta pila bautismal: la Parroquial Mayor de Camagüey, la iglesia de Ntra. Sra. de
la Soledad, en Camagüey y, por último y hasta el presente, la Iglesia de San
Miguel en Nuevitas.
Bastaría solo su antigüedad y su tránsito por
varias iglesias para justificar el cuidado especial que los nueviteros tienen
para con la pila bautismal de su iglesia. Fue ella donde se bautizaron (y se
bautizan) generaciones de cubanos.
Como dato importante señalamos que esta pila
bautismal, mientras se hallaba en la parroquia de la Soledad, acogió entre sus
aguas, el 6 de enero de 1842, a un niño nacido catorce días antes y cuyo primer
apellido identifica actualmente a toda la provincia camagüeyana: el Mayor
General Ignacio Agramonte y Loinaz, que fuera bautizado por el sacerdote
Joaquín de Cisneros.
También bautizados en esa pila bautismal han sido,
entre otros, los seis hermanos de Ignacio Agramonte; la poetisa Gertrudis Gómez
de Avellaneda; los patriotas Eduardo Agramonte Piña, José Tomás Betancourt, Ubaldín
y José Agustin Barranco, Lope Recio Loynaz, Maximiliano Ramos, Manuel Ramón
Silva, Manuel Agramonte Boza, José Alberto Agramonte Piña, Juan Arredondo
Pichardo, Leonte Guerra Cisneros, Luis
José Betancourt Agramonte y las benefactoras Eusebia Ciriaca de Varona y Ángela
Hidalgo. También el actual obispo de Ciego
de Ávila, Mons. Mario Mestril Vega, y nuestro inolvidable arzobispo, Mons.
Adolfo Rodríguez Hererra.
Ojalá que todos los que hoy día son bautizados en esa
histórica pila bautismal de Nuevitas, así como sus padres y padrinos, se
sientan parte de esta historia nuestra donde la fe católica y el amor a la
Patria cubana han marchado de la mano de generación en generación.
El
Boletín Diocesano de Camagüey agradece a la Lic. en Historia Amparo Fernández y
a Enrique Palacios, Archivero de la parroquia de la Soledad, la valiosa
colaboración de ambos.
Reproducido
del Boletín Diocesano de Camagüey, Nº 50
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