El exobispo iZquierdista
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Destituido
el pasado viernes tras un juicio político «exprés» -decidido y desarrollado en
menos de 30 horas-, Fernando
Lugo Méndez pasará a la historia como el primer obispo católico que llega a la Presidencia
de un país. Y en Paraguay como el hombre que unió a varios sectores para acabar con la hegemonía de
61 años en el poder del Partido
Colorado, 35 de ellos sosteniendo la dictadura del general
Alfredo Stroessner.
Con Lugo cobraron protagonismo
sectores progresistas de la sociedad civil que hasta 2008 estaban prácticamente
vetados en la función pública. De
tendencia izquierdista y partidario de la Teología de la Liberación,
asumió la primera magistratura el 15 de agosto de 2008 con un amplio
respaldo internacional y aliado con el Partido Liberal, que lo acompañó con Federico Franco como
vicepresidente.
Lugo fue obispo de la diócesis de San Pedro, en
una de las zonas más pobres del país. Como tal siempre destacó por su discurso
más progresista y apoyo a los sectores populares.
Durante su mandato tuvo que reconocer a dos de los hijos que le adjudicaban
Durante su gestión como presidente de la República debió enfrentarse
al menos a cuatro escándalos por demandas de paternidad de mujeres que
afirman tener hijos suyos, concebidos cuando él ejercía el episcopado. Hasta
ahora, Lugo ha reconocido a dos de los niños que se le adjudican. También tuvo
que luchar contra un cáncer.
Con su llegada al poder hace
cuatro años se instaló la esperanza de un nuevo rumbo para Paraguay, después de
décadas de gobiernos colorados y amplia corrupción.
La derecha fue muy dura con
Lugo durante todos estos años. En particular porque el expresidente puso
énfasis a su relación con mandatarios de izquierda de la región, como Hugo Chávez, Evo Morales, Luiz Inacio Lula da Silva,
entre otros. Le cuestionaban sus
frecuentes viajes al exterior, algunos de ellos en momentos
de crispación social.
Apoyo a los «sin tierra»
Su gobierno logró estabilidad
económica para el país y priorizó la inversión social. Aún así, los sectores
tradicionales no le han perdonado su simpatía con grupos radicales, como los
campesinos «sin tierra» autodenominados «carperos», que promueven la invasión de
propiedades rurales para acceder a la tierra.
Irónicamente, un intento de
desalojo de «carperos» de un inmueble rural el pasado 15 de junio, que acabó en un
enfrentamiento entre campesinos y policías, con el saldo de 17 muertos, desencadenó la destitución
de Lugo tras el juicio político del viernes.
Este día el expresidente
regresó a la residencia que ocupó durante unos meses en la ciudad de Lambaré, vecina a
Asunción, justo antes de jurar su cargo como presidente.
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