Plegaria de Resurrección
por Monseñor Agustín Román
Por Dagoberto Valdés
Señor Dios de los siglos y de la gloria,
Padre de la luz y de la vida,
unimos nuestras voces desde la Isla
a todos los que peregrinan en la diáspora.
Escucha nuestra plegaria por tu hijo Agustín Román,
Obispo del exilio, de la Isla añorada
y de toda la nación cubana.
Acepta, Padre de los desterrados,
el sacrificio cotidiano de su vida.
Recibe las ardientes lágrimas de sus ojos,
siempre alertas y cordiales.
Acoge el diligente servicio a los pies de tu madre,
Nuestra Señora de la Caridad.
Expande hasta la eternidad su incansable mirada,
al mar que nos une hasta la Isla que sufre.
Erige en pendón de libertad el indómito corazón
que nunca paró de sentir en cubano.
Responde a su única y perseverante súplica
Señor Dios de los siglos y de la gloria,
Padre de la luz y de la vida,
unimos nuestras voces desde la Isla
a todos los que peregrinan en la diáspora.
Escucha nuestra plegaria por tu hijo Agustín Román,
Obispo del exilio, de la Isla añorada
y de toda la nación cubana.
Acepta, Padre de los desterrados,
el sacrificio cotidiano de su vida.
Recibe las ardientes lágrimas de sus ojos,
siempre alertas y cordiales.
Acoge el diligente servicio a los pies de tu madre,
Nuestra Señora de la Caridad.
Expande hasta la eternidad su incansable mirada,
al mar que nos une hasta la Isla que sufre.
Erige en pendón de libertad el indómito corazón
que nunca paró de sentir en cubano.
Responde a su única y perseverante súplica
por la libertad de Cuba,
¡Pero responde pronto!
Mira a los que se quedan por el camino,
compadécete de los que no llegan a ver
la tierra prometida,
acude a los que te suplican
¡Pero responde pronto!
Mira a los que se quedan por el camino,
compadécete de los que no llegan a ver
la tierra prometida,
acude a los que te suplican
para vivir hasta verla libre, próspera y feliz.
Que ningún cubano tenga que ver
Que ningún cubano tenga que ver
con los ojos del cielo lo que Cuba merece ya.
Para eso, Padre, acoge el sacrificio vespertino
del corazón cansado e indoblegable
Para eso, Padre, acoge el sacrificio vespertino
del corazón cansado e indoblegable
de nuestro Padre Román.
Que su sacerdocio, su destierro,
Que su sacerdocio, su destierro,
su trabajo y sus ruegos
sirvan para unir a los cubanos
sirvan para unir a los cubanos
donde quiera que suspiren por la patria.
Te damos gracias y te bendecimos, Señor Jesucristo,
Alfa y Omega de la vida pascual
Te damos gracias y te bendecimos, Señor Jesucristo,
Alfa y Omega de la vida pascual
de Monseñor Agustín Román
quien por la innombrable cruz que sufrió en él mismo
y por cuantos sufren en este valle de lágrimas,
pudo escalar a la gloria de tu resurrección.
Que la huella de los clavos del exilio
liberen a Cuba de toda parálisis, rencor y prisión.
Que las punzantes espinas
que le clavaron de todas partes,
coronen de gloria la digna frente
de la Nación Cubana.
Que la lanza de la lejanía y la nostalgia
que le atravesó el costado cada mañana,
haga brotar de su pecho resucitado
el agua cristalina que perdona,
que sane a Cuba y la reconcilie en el amor.
Gloria a ti, Espíritu del Santificador
quien por la innombrable cruz que sufrió en él mismo
y por cuantos sufren en este valle de lágrimas,
pudo escalar a la gloria de tu resurrección.
Que la huella de los clavos del exilio
liberen a Cuba de toda parálisis, rencor y prisión.
Que las punzantes espinas
que le clavaron de todas partes,
coronen de gloria la digna frente
de la Nación Cubana.
Que la lanza de la lejanía y la nostalgia
que le atravesó el costado cada mañana,
haga brotar de su pecho resucitado
el agua cristalina que perdona,
que sane a Cuba y la reconcilie en el amor.
Gloria a ti, Espíritu del Santificador
y Defensor de los pobres,
porque el que se mete a redentor, sale crucificado…
Pero también resucitado.
Envía Señor, tu Espíritu y renueva la paz de la tierra:
¡De nuestra sufrida tierra cubana!
porque el que se mete a redentor, sale crucificado…
Pero también resucitado.
Envía Señor, tu Espíritu y renueva la paz de la tierra:
¡De nuestra sufrida tierra cubana!
Por la intersección del Obispo Agustín Román
y las plegarias de cuantos
no nos cansamos de esperar,
concede a tu Iglesia la fidelidad a Jesucristo
y el servicio desvelado por el bien de su pueblo.
Que el ejemplo de este Padre y Pastor,
que siempre miró al mañana de Cuba,
anime a muchos cubanos y cubanas
a entregarse por el bien y la felicidad de su patria
que despierta ya, crucificada y gloriosa,
a la mañana de su propia resurrección.
Virgen de la Caridad, Reina,
Madre y Patrona de Cuba,
deposita en la frente cansada
de tu hijo Monseñor Román
“la rosa de oro” de tu maternal bendición.
Tierna Cachita, arraigada en El Cobre
y exiliada en la Ermita junto al mar,
no te canses, Madre de todos los mambises,
de rogar por Cuba, para que seamos hermanos
y alcancemos pronto la libertad y la paz.
Amén.
y las plegarias de cuantos
no nos cansamos de esperar,
concede a tu Iglesia la fidelidad a Jesucristo
y el servicio desvelado por el bien de su pueblo.
Que el ejemplo de este Padre y Pastor,
que siempre miró al mañana de Cuba,
anime a muchos cubanos y cubanas
a entregarse por el bien y la felicidad de su patria
que despierta ya, crucificada y gloriosa,
a la mañana de su propia resurrección.
Virgen de la Caridad, Reina,
Madre y Patrona de Cuba,
deposita en la frente cansada
de tu hijo Monseñor Román
“la rosa de oro” de tu maternal bendición.
Tierna Cachita, arraigada en El Cobre
y exiliada en la Ermita junto al mar,
no te canses, Madre de todos los mambises,
de rogar por Cuba, para que seamos hermanos
y alcancemos pronto la libertad y la paz.
Amén.
Pinar del Río, Cuba,
13 de abril de 2012
Reproducido de cafefuerte.com
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