19 de abril de 2012

PALABRA DE CUBANO


PALABRA  DE  CUBANO

Por Amelia María Doval

Algunos cubanos, como yo, nacimos después de 1959 ya cuando Fidel Castro llevaba más de 8 años diciendo mentiras y robando sin tener escrúpulos, repartiendo lo que no le pertenece porque aquello que considera suyo, no se lo entrega a nadie, y ni hablar del poder que detrás de una falsa renuncia escondió la cobardía de presentarse a elecciones.

Para entonces muchos otros cubanos habían tenido la valentía de defender sus derechos ante los ineptos que se apoderaban de un país en desarrollo para, sumados a la incapacidad de su líder comenzar a destruirlo(no es palabra de gusanera es realidad histórica-económica), sin necesidad de un embargo convertido en bloqueo, justificación mundial de la ineficiencia de crear para el futuro. Esos hombres, los primeros verdaderos mártires, murieron  ante el paredón de fusilamiento o estuvieron en prisión por muchos años, tantos que la rabia se apoderó de ellos.

Pasado el tiempo, hubo quienes se sumaron a la protesta y decidieron enfrentarla dentro o fuera, y al lograr salir del país siempre tuvieron un lugar donde llegar, una tierra que los acogió proponiendo más que exigiendo un buen comportamiento social e incorporarse a la voluntad de mejorar, porque sin trabajar no se escapa de la rueda de la miseria. Los primeros cubanos que arribaron a otras tierras dejaron un camino abierto, cortaron el marabú que obstruía el desarrollo y propiciaron lo necesario para aquellos que como yo llegamos mucho después. No importa si esos a quienes se refieren con despotismo tienen sus rezagos, sus odios y sus recelos, justificados están y de errores estamos construidos los humanos. Esa “gusanera de Miami”, levanta la voz por el bienestar de cada cubano y aunque algunos pueden criticar con palabras y gestos jamás han negado el derecho de existir de los que vienen a acusarlos y además  a comer de ellos.

Sería bueno y positivo que muchos de esos que critican desde allá y algunos desde su disfraz aquí, también hagan un aparte para reconocer que muchas familias cubanas en la Isla ( no digo archipiélago porque los cayos son zona vedada para el cubano promedio), comen, visten y disfrutan gracias a los grandes sacrificios de los que “están afuera”, no del gobierno que sólo discursea y reprime.

Las medicinas que no son donación de los grandes fabricantes y están restringidas en Cuba, son llevadas, suministradas por los de aquí. Los negocios que allá se han movido después de la supuesta apertura económica han venido propiciados por el empujón de una “gusanera” que trabaja para sostener un país miserable, consumido en política barata y discursos caducos, además de abrirse a una crítica absurda que ataca sin respeto a quienes le deben lo que poseen y no miento: después de 1959 muy pocas construcciones que realmente valgan el derecho a mantenerse en pie se han logrado, la mayoría disfruta de lo que a otros le quitaron y ahora viven de su esfuerzo también.

La “gusanera” de Miami, tiene organizaciones que envían cada mes sillas de ruedas, pampers para enfermos, comidas, medicinas y otros productos a enfermos críticos en Cuba que no reciben ayudas de ese gobierno que se vanagloria de los éxitos médicos escondidos en ineficiencias justificadas. Esa “gusanera” permite que usted y yo tuviéramos las puertas abiertas una vez  aquí sin importarle si está o estuvo en contra o a favor, sin embargo trate de hacer lo mismo en la finca de los Castro y sabrá los resultados.

Esa “gusanera de Miami”, que fue expulsada de su país o escapó, sin permitirle reclamar los bienes ganados con su trabajo, hoy puede mostrar con orgullo todo lo alcanzado porque en el mismo periodo de tiempo, con menos recursos, fuera de su país, comenzando desde cero, en otro idioma, sin asistencia médica, traumatizados algunos por las pérdidas de familiares y otros por la separación de sus orígenes, hoy han levantado un imperio de grandeza que pueden mostrar al mundo, sin embargo los otros, los que critican, vociferan, acusan y se regodean orgullosos en la inercia y la vagancia, consentidos por la costumbre de vivir de migajas y sin otra ambición que consumir sin aportar, sólo han podido demostrar su incapacidad para construir, progresar, luchar y batallar.

A quienes critican, censuran y acusan, les sugiero producir, trabajar e intentar levantar un país con el sudor de su sacrifico para luego tener la vergüenza y el honor de  proponer una comparación, tienen lo necesario sólo necesitan coraje y voluntad.

Miami, tiene el sello de varias culturas, de diversas costumbres que sumadas y multiplicadas a la idiosincrasia del pueblo americano han permitido sobresalir a una comunidad de gente luchadora que tiene el derecho de criticar porque todo lo que posee es resultado de su esfuerzo. Si usted, el acusador de dedo largo puede llegar a este país y demostrar que tiene el poder de avanzar, nadie lo señalará, ni lo llevará a prisión, podrá estudiar con ayuda del gobierno, trabajar quizás en un negocio de cubanos que es próspero y permitirá que usted pague sus cuentas decentemente sin robar o engañar y por si fuera poco enviar a los suyos que están detrás. Deténgase un momento ante su avalancha de miseria humana y su envidia de pobre con egoísmo, súmese a los que creen en el respeto y el progreso, desde adentro, sin gritarlo sólo reconozca que en 50 años de vida activa usted puede lograr menos en su CUBA que en un año de existencia común en este Miami.

 Si usted no pierde tiempo, estudia, trabaja no importa si en uno o dos o tres empleos, llegará a su casa cansado, pero sentirá el agotamiento de saber que puede producir su sustento y no tiene que robarlo, negociarlo o esconderse. ¿Hay diferencia, verdad?, allá vive del cuento de creer que vive, aquí vive de su esfuerzo que no es un cuento, es la vida. La “gusanera de Miami” y la de Venezuela, gritan con los bolsillos llenos, usted vocifera esperando que se los llenen con la migaja del sumiso. ¡qué pena de ser humano, porque no tiene el valor de defender sus derechos y crítica a quien tuvo la valentía de hacerlo! Señor, compañero en su jerga, colóquese el ropaje de hombre, la educación de humano, el respeto de ciudadano y deje de vivir como un animal domesticado para pensar por su cerebro y producir con sus manos.
 AMELIA M DOVAL
"La vida no se vive por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento"

1 comentario:

  1. Magnifico articulo.Aunque son hechos que todos conocemos no se puede negar que esta escrito de una manera fabulosa, sincera y sobre todo tiene mucho mas valor viniendo de una persona nacida despues del 1959 pues la mayoria de ellos no conocen la verdadera historia.
    MIL FELICITACIONES
    Delsa Duran

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