21 de noviembre de 2011

INDIOS Y VAQUEROS

INDIOS Y VAQUEROS

Elsa M. Rodríguez

Hubo una época, especialmente en nuestra niñez, cuando íbamos al cine a media tarde para ver películas de indios y vaqueros, donde siempre los buenos eran los vaqueros y el ejército, y los malos eran los indios. Esas cosas afortunadamente hoy se ven de distinta manera porque no eran malos ni los unos ni los otros, simplemente cada cual defendía un territorio, los indios porque consideraban que era suyo y los vaqueros o el ejército porque eran colonizadores que necesitaban esas tierras para asentarse y crear junto con su familia, las ciudades y los pueblos que hoy conocemos.

Lo que sucede hoy en la ciudad de Miami es el reverso de la moneda cuando se compara con las películas de indios y vaqueros. Hoy los vaqueros, son los miembros del Departamento de Policía, y contrariamiente a lo que se veía en las películas del pasado, ellos son considerados los malos.

Para evitar que a los policías de su departamento les sigan llamando "vaqueros" al flamante Jefe de la Policía Sr. Manuel Orosa, se le ha ocurrido que se eliminen las unidades tácticas es decir los policías encubiertos que servían para descubrir los núcleos donde se fraguan los crímenes para así poder evitarlos o controlarles mejor, y ha decidido que estos oficiales estén en la calle todos vestidos de uniforme. No sabemos si con este plan, el Jefe de la Policía va a poder evitar que surjan enfrentamientos entre la policía y los maleantes, porque no vemos nada en su plan que signifique la erradicación del crimen, más bien vemos que está tratando de ignorar la realidad de que actualmente hay barrios en Miami por los que no pueden transitar las personas decentes y honradas por temor a ser asaltadas, robadas o asesinadas.

Lamentablemente en estos barrios predomina la población negra, y con la nueva medida del Departamento de Policía vemos que efectivamente los policías no tendrán que enfrentarse a los criminales de esa raza en esos barrios con lo cual evitarán problemas como los acontecidos en meses pesados, pero también vemos que la población honrada y trabajadora que vive en los mismos, ya sean de la raza negra, o de cualquier otra étnia van a estar abandonados a su suerte porque no podrán tener la protección de la policía. Nos gustaría recordarle al oficial Orosa que cuando los policías de su departamento han acudido a las calles de esos barrios conflictivos, en la mayoría de los casos lo han hecho por llamadas efectuadas al departamento de policía por vecinos de esa comunidad.

Ahora lo único que le falta al Jefe de la Policía de Miami para evitar que cualquier policía bajo su mando pueda matar a un delincuente, es enviarlos a hacer su servicio desarmados. Así desde luego, no podrán acusarles de utilizar procedimientos propios de "vaqueros", sino más bien de "Hermanitas de la Caridad" o de "corderitos" que van solitos al matadero. La realidad es que no se debía ver ésto como las antiguales películas de "indios y vaqueros" sino las de "policías y ladrones" y tal como era antes esperando que los policías sean los buenos y los que nos cuiden a todos los ciudadanos del mal que pudieran ocasionarnos los asesinos y ladrones. Por otra parte si se confirma que uno o más policías no son dignos de pertenecer a ese departamento, esos individuos deben ser castigados o removidos de su puestos, pero nunca castigar o humillar a todo el cuerpo de policías, porque no solamente pierden su prestigio como cuidadores del orden y del cumplimiento de la ley, pierde el pueblo que ya no tendrá en quien confiar para que le proteja.

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL

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