Elvira Fernández Balboa,
la esposa de Mariano Rajoy
Elvira Fernández Balboa (Pontevedra, 1965) es la prolongación de Mariano Rajoy en discreción, afán por el sentido común e incluso timidez. Es, como dicen algunos de los pocos dirigentes del Partido Popular que la han tratado algo, la “anti Ana Botella”. La describen así por el escaso interés por la política que demuestra la esposa del presidente de su partido. “Muy normal, centrada en su familia y su trabajo".
De hecho, el momento más público en la vida de Elvira Fernández, casada con Rajoy desde diciembre de 1996, es el de su presencia en el balcón de la sede central del PP de Génova, 13, en marzo de 2008, para consolar a su marido después de su segunda derrota en las urnas ante José Luis Rodríguez Zapatero. Pero fue justo a partir de aquellas fechas cuando Viri, como es conocida en su círculo más íntimo, empezó a tener una mayor visibilidad junto a su esposo. También estuvo presente en el decisivo congreso del PP celebrado en Valencia tres meses después, donde Rajoy se impuso a las amargas críticas de algunos sectores del partido que le cuestionaban como líder.
En esta campaña, Elvira Fernández no se ha separado del candidato popular. También es la primera ocasión en que la edad de sus hijos le concede más margen de maniobra. Cuando Rajoy se refirió hace pocos días a lo injusto que puede ser el doble o triple trabajo que asumen las mujeres como madres y trabajadoras, “que llevan su casa”, tenía el ejemplo muy cerca: su propia familia. Viri lleva el peso de la familia Rajoy.
De clase media, pontevedresa y licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Santiago de Compostela, Elvira Fernández conoció a Rajoy a finales de 1991 en el bar Universo de la capital pontevedresa.
Amor a primera vista
Cuentan en el PP, y lo reconoce el propio Rajoy, que el hoy jefe de la oposición y próximo jefe del Ejecutivo, quedó prendado de Viri desde el primer momento. Pese a que se llevan casi diez años, Rajoy siempre se ha tomado su tiempo y no se casaron hasta cinco años después, en diciembre de 1996, cuando el novio ya era ministro de Administraciones Públicas en el primer Gobierno de Aznar. La ceremonia, por la Iglesia, se celebró en la capilla de La Toja, en Pontevedra, por supuesto.
La trayectoria profesional de Elvira Fernández empezó en una pequeña empresa pontevedresa en 1992. Ya en 1995, siguió a Rajoy hasta Madrid y se puso a trabajar en el departamento financiero de Antena 3, para pasar posteriormente a Admira como asesora técnica de dirección. Actualmente ejerce su profesión de economista en Telefónica Contenidos, donde se ha visto obligada a coger varias excedencias para acompañar a su marido, siempre lo imprescindible: las campañas de las elecciones generales.
A la mujer del presidente del PP no se le conocen más pasiones que la del cine. Como espectadora y como experta en la materia, disfruta de las grandes producciones norteamericanas y sabe lo que cuestan. Trabajó en el primer contrato marco de Antena 3 con la Fox, por el cual la cadena española tenía acceso a las películas de la famosa productora estadounidense.
Sus gustos musicales tienen poco que ver con los de la actual inquilina de La Moncloa, Sonsoles Espinosa, pues no se decanta por la clásica y prefiere las bandas sonoras de las películas antiguas o las canciones de Frank Sinatra. Probablemente por las primeras nostalgias de la edad, también suele citar la música de los 80 y grupos como Mecano.
«Somos una familia muy normal, muy piña, muy gallega, muy matriarcal: todos alrededor de mi madre». Así se refiere Elvira Fernández a sus relaciones familiares. Su padre, fallecido hace nueve años, estuvo una temporada emigrado en Venezuela y a su regreso a España se dedicó a la promoción inmobiliaria y montó una empresa de materiales de construcción y saneamiento con sus hermanos. La madre es ama de casa. La mujer de Rajoy, como su propio marido, mantiene todos sus vínculos familiares y de amistad en Pontevedra. “Viri” sigue con sus amigas de toda la vida, del colegio y del instituto, entre Pontevedra y Sanjenjo, su lugar preferido de vacaciones igual que el del propio Rajoy.
Una vez que se conozca el resultado de las urnas hoy por la noche, Elvira Fernández volverá al balcón de Génova para compartir alegría en vez de administrar ánimos. Sería, si se cumplen los pronósticos de la encuestas, el detalle más personal del cambio político: de un beso de consuelo de 2008 a otro de felicitación.
Recogido de elconfidencial.com
Será Rubalcaba quien más se alegre de este triunfo de Rajoy, porque vaya papa calente que le han dejado él y Zapatero: una España en ruinas, porque no es culpa solo del desbarranque del euro, sino de la mala administración economica de los del PSOE.
ResponderEliminarRebeca