Marlene María Pérez Mateo
Hacia 1730 se edificó en Camagüey una especie de réplica del Santuario santiaguero del Cobre. Fue este el primer sitio fuera de la ciudad oriental donde se comenzó a venerar a la Patrona de Cuba. Luego del recinto mariano se fue constituyendo una alameda o vía de acceso a él desde lo que entonces era el centro de la ciudad. Dicha vía estaba flanqueada a uno y otro lado por casas de recreo y veraneo propiedad de familias adineradas.
La ermita inicial se reemplaza por una construcción más sólida hacia 1734 y luego fue ampliada en 1809. Hacia los años 30 del siglo XX se edificó el templo del que se dispone hoy en día. Lo que fuere su vía de comunicación devino en la Avenida de la Caridad, de casi un kilómetro de largo.
El trono de plata de la Virgen en dicha parroquia recuerda una mariposa, la flor nacional. La mesa en el altar mayor estuvo engalanada por trabajos de orfebrería nacional en plata y representaban frutas de la campiña cubana.
La plaza centrada por la iglesia fue testigo de la caravana de la victoria en enero de 1959. En ella se vivió una balacera contra una procesión pacífica, unos años después. Luego la iglesia sufrió un asalto y el despojo de muchos de sus ornamentos, fundamentalmente los más valiosos. En el 2008 se vivió la beatificación del Padre Olallo Valdés, un camagüeyano por adopción.
Rememoro ahora una historia popular que corrió de boca en boca aproximadamente hacia 1978. Una buena principeña radicada en el extranjero cumplió una antigua promesa hecha a la Morenita, de traerle un manto (según muchos de extraordinaria belleza), si algún día lograba regresar a su patria.
Quisiera que estas líneas fueran un respetuoso recuerdo a esta persona de identidad desconocida para mí. Loable sea su gesto.
Marlene María Pérez Mateo
Noviembre 3, 2011
Dibujo: Joseph A. Springer, 1874
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