El domingo de los talentos
¡Tengo tanto miedo, Señor!
De gastar por el camino
lo que Tú me has dado
aquello que pienso que es mío y no tuyo.
De quemarme por brindarme y ofrecerme
o cansarme de sembrar
sin recoger nada a cambio.
¡Tengo tanto miedo, Señor!
De que regreses y,
tu fortuna, la encuentres mal empleada
por mi falta de valentía o audacia,
por mi cobardía o desinterés,
por mi timidez o mi falta de seguridad.
¡Cuánto miedo tengo, Señor!
De no invertir mi vida
como, Tú en la cruz, lo hiciste:
con silencio, grandeza y dolor,
con perdón, humildad y sacrificio
con fe, esperanza o misericordia.
¡Cuánto miedo tengo, Señor!
Que vengas…
y me pilles con el pie cambiado,
lejos de tus caminos
y, con mis talentos
sin haberlos utilizado a fondo.
Javier Leoz,
Betania.com
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