Teotihuacan:
La Pompeya de América
Susana Gaviña
Teotihuacan es uno de los lugares más visitados por los turistas que acuden a México. Su
cercanía a la capital, está situada a 45 kilómetros, lo hace posible y muy
recomendable. Sin embargo, son muchas las incógnitas que perviven en este
grandioso complejo arquitectónico y arqueológico que en sus días de esplendor,
allá por el siglo IV d. C., llegó a tener una extensión de 22 kilómetros
cuadrados —divididos por la Calzada de Los Muertos, y donde se levantan la
Pirámide del Sol y de la Luna—, y congregó a más de cien mil habitantes.
Sin embargo, poco se sabe de cómo fueron sus orígenes, en el siglo I a.
C., y escasa es la información que desvele por qué esta gran metrópoli
multiétnica, una de las mayores ciudades de Mesoamérica y punto de encuentro de
comerciantes y artesanos, desapareció siete siglos después. Las cenizas posadas
sobre algunos de sus palacios revelan la existencia de un gran incendio. También
se sabe que fueron sus propios guerreros los que intentaron borrar cualquier
huella de su historia destruyendo los monumentos.
«Es como nuestra Pompeya», explicó ayer el director del Instituto Nacional de
Antropología e Historia de México, Alfonso de María, durante la
presentación de la exposición «Teotihuacan, Ciudad de los dioses».
Organizada en colaboración con la Obra Social de "la Caixa", la muestra, que reúne
más de 400 piezas —entre cerámicas, armas, instrumentos musicales, máscaras y
murales...—, algunas de reciente descubrimiento, ha pasado ya por París,
Berlín, Roma y Barcelona, y la han visitado medio millón de personas. En Madrid
se podrá ver hasta el 13 de noviembre.
De María indica que la primera restauración e investigaciones del complejo
arqueológico comenzaron en 1910, «cuando se celebró el primer centenario de
nuestra independencia y se organizó un congreso de americanistas». Desde
entonces numerosos objetos ha salido a luz para explicar la estructura
económica y social de esta ciudad-estado, «sofisticada y muy bien organizada».
La muestra se ha organizado en seis ámbitos que recorren diferentes
aspectos, como la construcción de la ciudad, a través de los utensilios que se
utilizaron; la política, la jerarquía y el comercio, el culto religioso —sus
dioses principales fueron Tláloc, de la lluvia y la fertilidad, y la serpiente
emplumada. La exposición también se detiene en la vida en los palacios, en el
importante papel de los artesanos —actividad a la que se dedicaba el 20% de la
población—, su relación con otras culturas y su desaparición o «colapso».
www.abc.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario