25 de julio de 2011

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Emotivo adiós a Mons Meurice en Miami

Cientos de católicos cubanos en el exilio y de otras nacionalidades, unidos por la figura de un hombre que marcó historia dentro y fuera de Cuba, coincidieron durante el fin de semana  en la Ermita de la Caridad del Cobre para dar el último adiós a Pedro Meurice Estiú, arzobispo emérito de Santiago de Cuba.

“Se nos fue un hombre valiente y de fe”, declaró visiblemente emocionada Daisy Olivares, una de las muchas personas que se acercaron desde el mediodía y hasta las 10 p.m. a la Ermita. El velorio continuará el domingo en el mismo horario. 

Meurice encarnó la rebeldía de los católicos de la isla y fue un incansable defensor de los derechos humanos. Persona de recia personalidad e ideas que consistentemente brotaban a favor de los menos favorecidos, Meurice fue recordado como un hombre que luchó por la fe y la libertad.

“Se nos fue al cielo pero nos dio un gran ejemplo, su propia vida”, comentó monseñor Agustín Román, obispo auxiliar retirado de Miami. Román ofició una misa de cuerpo presente ante un masivo grupo de feligreses que no ocultaron su dolor y tristeza.

Al pie del púlpito, con una delicada tela blanca en el interior del féretro y un rosario en sus manos, el cuerpo de Meurice fue expuesto ante una larga fila de católicos y gente amiga. Todos conocieron en vida o escucharon hablar del valor de Meurice ante las injusticias.

Entre los asistentes se encontraba Jorge Luis González Tanquero, ex preso político cubano de 41 años. González Tanquero dijo que asistió al velorio por el enorme respeto que siente por la obra de Meurice.

“Fue un gran luchador y uno de los pocos que se enfrentó al régimen. Meurice era un gran protector del pueblo”, opinó.

En el primer día de los servicios fúnebres, el arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, monseñor Dionisio García Ibáñez, calificó a Meurice como un hombre y siervo de Dios admirable. 

“Buscaba la verdad y estaba entregado totalmente a su ministerio”, manifestó García. “Dios quiso que muriera aquí [en Miami] signo de que todos somos un mismo pueblo”.

García llegó al sur de la Florida el viernes para estar en los homenajes a Meurice que le rinden los cubanos exiliados. Acompañará sus restos de regreso a la isla. 

Refiriéndose a la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998, cuando Meurice habló en la bienvenida de la falta de libertades y esperanzas de los cubanos, García dijo que entendió que era el momento de decirlo.

“Me parece que fue importante en su vida, pero hay que ver sus 39 años de sacerdocio que es, en definitiva, lo que da peso a su vida”, precisó García. Sobre el silencio de las autoridades cubanas en relación a la muerte de Meurice, comentó que la población cubana siempre encuentra los canales para enterarse de lo ocurrido.

Respetando su última voluntad, Meurice será enterrado en el Cementerio Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, en cuyas calles fue una figura venerada. 

Meurice arribó a Miami hace varios meses para tratarse un complicado cuadro de diabetes. Según Román, murió rezando un rosario a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, acompañado por el obispo de Santa Clara, Arturo González, quien se encontraba de visita en Miami.

“Estuvimos unidos muchas veces en el trabajo pastoral”, recordó González. “Encontrarme con él aquí ha sido una experiencia fuerte. Meurice es el pastor que tenía la pasión de Dios y se mantuvo con un espíritu de fe muy grande”, acotó.

El lunes, el arzobispo de la Arquidiócesis de Miami, Thomas Wenski, oficiará una misa de cuerpo presente a las 10 a.m. en la Iglesia San Miguel Arcángel, ubicada en el 2987 West Flagler Street. 

Información editada de El Nuevo Herald

También concelebrarán esta Eucaristía, entre otros sacerdotes,  Mons. García Ibáñez, Arzobispo Primado de Santiago de Cuba, Mons. Agustín Román, Obispo Auxiliar Emérito de Miami y Mons. Arturo González, Obispo de Santa Clara, Cuba.. 

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