Por Uva de Aragón
Carmina Trueba de Mestre acaba de publicar sus memorias bajo el título “El intenso aroma del café”, una referencia al tostadero de Café Regil, que fundó y desarrolló con éxito en Cuba durante un siglo su familia paterna. La labor de edición estuvo a cargo del escritor Vicente Echerri, bajo su sello editorial E & A. El pequeño volumen --la portada, el papel, las fotos, el diseño – son de la mejor calidad, e invitan a la lectura.
Con prosa directa, exacta, pero no exenta de momentos líricos, y profundas aunque breves reflexiones sobre la psicología humana, Carmina Trueba nos cuenta su vida. Comienza con el momento que la marcaría para siempre: la llamada en la madrugada del 20 de abril de 1961 cuando le comunican que su primo Domingo “Mingo” Trueba ha sido fusilado, y ella, al amanecer, acude sola al Cementerio de Colón a recibir y enterrar su cadáver, con el de otro compañero de luchas, Rogelio González Corzo, alias “Francisco”, su nombre de guerra.
Una vuelta de tuerca al calendario, y en los próximos capítulos la autora nos narra su infancia y juventud, donde se destacan los muchos viajes con su familia por toda España –incluso en medio de la Guerra Civil, otra experiencia traumática--, su educación en el Colegio del Sagrado Corazón, su juventud alegre e independiente, y sobre todo, la feliz unión del núcleo familiar con sus padres y sus hermanos Enrique y Pedro. Los acontecimientos políticos de la Cuba de los años cincuenta y en especial la llegada de la Revolución, llevan a esta joven que había vivido ajena a la política a involucrarse en una serie de actividades clandestinas, hasta que finalmente es detenida y condenada a prisión.
Entre rejas o trabajando de sol a sol, nada ni nadie doblega su espíritu. Se apoya en la solidaridad que encuentra entre las presas y un arma secreta que nunca descubren los guardias: sus recuerdos y su inquebrantable fe religiosa. Uno de los momentos más duros de estos años es la muerte de su madre, a quien siempre ha sido muy unida. Custodiada por tres milicianos, la llevan a la funeraria para el último adiós, que no ha podido darle en vida. Cuando sale por fin de la cárcel se dedica a cuidar a su padre, hasta que fallece con más de 90 años. Esta muerte es más fácil de aceptar por la avanzada edad de su progenitor, y porque tiene la satisfacción de haberlo acompañado hasta cerrarle los ojos. Se ocupa también de ir a ver y llevar “jabas” a los presos.
En una de esas visitas, sale a saludarla Ramón Mestre a quien ha conocido con anterioridad. Empiezan a cartearse. Se enamoran. Carmina logra salir de Cuba por mediación del gobierno español, él cumple su condena de 20 años y se reencuentran en el extranjero. La vida les da a ambos una segunda oportunidad y llevan casi 30 años de matrimonio. La autora también describe actividades en Miami con asociaciones de ex presos, viajes y otros momentos importantes de esta nueva etapa de su vida.
Este pequeño volumen de 180 páginas
trata muchos temas, quizás sin que fuera intención de la autora, como por
ejemplo el gran aporte de los inmigrantes españoles al mundo empresarial cubano
durante la colonia y la República, y, contrario a lo que se dice a veces, lo
independiente que podía ser una joven cubana en los años 50. Lo que sobresale
de la narración, sin embargo, es cómo se va forjando el carácter de una chica
que, pese a los malos ratos vividos en su infancia durante la Guerra Civil de
España, ha llevado una vida protegida, mimada, holgada, llena de viajes, carros
regalados por Papá, amistades, compromisos sociales. La joven, sin embargo, se
hace mujer de golpe aquella trágica madrugada del mes más cruel. Una mujer
fuerte y valiente.
Sus recorridos por España, las
fiestas de pueblo en pueblo y la sana diversión, contrastan con las amarguras
de su vida carcelaria; pero Carmina Trueba tiene una fe religiosa que es el eje
central de su vida y del libro. Y esa fe la acompaña por igual en la visita a
una hermosa catedral o la humedad de una celda.
“El intenso aroma del café” se lee
con facilidad, aunque en ocasiones con un nudo en la garganta o lágrimas en los
ojos. Es, asimismo, una obra útil, no solo por lo que tiene de denuncia, sino
de humano. Las víctimas dejan de ser nombres y números, para presentársenos de
cuerpo entero, con sus miedos e ilusiones, sus antes y después, sus momentos de
gran valor o de frivolidades. Es la historia de la sobrevivencia, frente a
todos los embates, de la dignidad de una mujer. Un himno a ... la fortaleza del
espíritu humano.
Nota:
“El intenso aroma del café” se presentará a las 7:00 p.m. el jueves 7 de julio
de 2011 en la Casa Bacardí, 1532 Brescia Avenue, Coral Gables.
Recogido del Diario Las Américas, Miami FL
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