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Tres guardianes,
una llave y un tesoro
Una catedral histórica.
Tres hombres que custodian un tesoro de valor incalculable. Sólo dos llaves que
pueden abrir la caja del preciado ‘botín’ y unos pocos privilegiados que pueden
dar cuenta de él.
No son los elementos de
una novela, sino de uno de los robos más importantes de los últimos años, el
del Códice Calixtino, una joya bibliográfica del siglo XII que ha sido
sustraída misteriosamente del archivo de la Catedral de Santiago de Compostela,
encargado de su custodia.
Sólo tres personas
tenían acceso directo a la caja fuerte que lo protegía: el deán de la catedral,
José María Díaz, y dos colaboradores, un especialista en Historia Medieval y
otro en Historia Moderna. Fue uno de ellos quien el martes se percató de la
ausencia de la obra, considerada por muchos el primer libro de viajes de la
literatura occidental.
¿Quién está detrás de la desaparición? Esa es la pregunta que se hace la Brigada de Patrimonio
de la Comisaría Central de la Policía Nacional, que se encuentra al frente de
la investigación.
El propio deán de la
catedral ha asegurado que “quien se lo llevó sabía de qué se trataba y cómo
llegar a él” y los expertos coinciden con su opinión: los
responsables son personas familiarizadas con la institución.
Como en la mejor
historia de intriga, los elementos parecen confabularse para darles la razón. Además
de tener un acceso restringido, el archivo que albergaba la obra estaba
protegido por un sistema de alarmas y antiincendios -que no se activaron- y
ninguna de las cinco cámaras que velan por la seguridad de la estancia apuntaba
directamente hacia el Códice. Además, ninguna de las cerraduras estaba
forzada.
Un posible robo por encargo
El valor de la obra
sustraída es incalculable. No se trata del primer Códice Calixtino, pero sí del
más antiguo y mejor conservado del Liber
Sancti Iacobi. Sus textos e ilustraciones constituyen una de las mejores
fuentes documentales del Camino de Santiago y de la historia de las
peregrinaciones compostelanas.
Consta de 225 folios de
pergamino y se divide en cinco libros:
el primero tiene carácter litúrgico y recoge sermones y homilías; el segundo
relata los milagros realizados por el Apóstol Santiago; el tercero recoge la
traslación del cuerpo; el cuarto es el Libro de Turpín y el quinto es una guía
de peregrinación, considerada la primera guía del Camino.
Su estimación es tan alta que ni siquiera tendría
recorrido en el mercado negro, según
reconoce el editor Manuel Moleiro, especialista en facsímiles y réplicas
idénticas de códices y atlas. “Es imposible sacar una pieza así al mercado,
aunque sea el mercado negro”, asegura.
Por lo que la hipótesis
que toma más cuerpo es que la desaparición del Códice responde a un robo por
encargo. “Lo lógico es que sea por
interés de un coleccionista, para ingresar en una colección
privada, porque no va a tener salida en el mercado”, asegura el decano de la
Facultad de Historia de Santiago de Compostela, Juan Monterroso. “Es inútil
para quien lo roba”, apostilla.
Con estas premisas, las
autoridades trabajan desde última hora del miércoles para descifrar qué hay
detrás de la desaparición del preciado Códice, uno de los puntales de la
identidad gallega. El
misterio está servido.
El Mundo, Madrid
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