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El domingo del yugo del amor
Quítame peso, Señor…
Del yugo de mis preocupaciones,
para que así
pueda también pensar en Ti.
Del madero de mis ambiciones,
para que mirándote a Ti,
me sienta afortunado y lleno de
tu presencia
Quítame peso, Señor...
Del yugo de mis prisas, para que
caminando contigo,
me detenga ante lo importante y
esencial de la vida
y pase de largo de aquello que
no me deja vivir en paz.
Del yugo de mis cansancios, para que apoyándome en Ti,
avance seguro y firme por los
senderos de tu verdad
Quítame peso, Señor...
De las ansiedades que producen
el tener y el aparentar
y, disfrutando de lo que poseo,
te dé gracias por ser mi
compañero, amigo y confidente
Quítame peso, Señor...
Del yugo de mis decepciones y de
mis expectativas,
de mis egoísmos y vanidades
para que, fijándome en Ti,
crea firmemente que, entre todo
lo bueno, eres lo mejor:
pecho en el que poder arrimarme
para escucharte,
hombro en el que apoyarme para
progresar,
corazón en el que poder asomarme
para amar,
oasis en el que poder sentarme
para descansar.
¡Quítame, del yugo de mi vida, algo de peso, Señor!
Betania.es
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