25 de diciembre de 2010


Navidad

Luis Mario

Cargados de incienso y mirra,
henchidos de mirra y fe,
interrogan tres camellos
por la Estrella de Belén.

Las arenas tienen lumbre
y van grabando en la piel
las divinas credenciales
de Jesús de Nazaret.

Concluye una vieja historia
que comenzó en el Edén:
Palestina está de fiesta,
pero no sabe por qué.

En el jardín más humilde
brota la más pura flor.
Desgrana un canto María
para que dormite el Sol.

De un balbuceo sagrado
nace un mensaje sin voz,
que tropieza en los primeros
conatos de redención...

En una cuna sencilla
hecha de paja y amor
el milagro se hizo carne...
y la carne se hizo Dios.

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