4 de septiembre de 2010


ZSA ZSA GABOR, BRILLO HÚNGARO EN HOLLYWOOD.

El martes ingresaba en el hospital, inconsciente según algunas fuentes, uno de los mayores mitos del Hollywood dorado. Con 93 años, y convaleciente aún de una operación de cadera que la tenía inmovilizada desde julio, Zsa Zsa Gabor entraba en el UCLA Medical Center de Los Ángeles dispuesta a afrontar la enésima lucha por su vida. Una vida de libro, poblada de fiestas, lujo, brillos... Puro espectáculo.

Dicen que nunca le interesó de verdad el cine. Al menos no tanto como las ventajas materiales que implicaba ser una estrella. Sin embargo, en su currículum profesional figuran más de 30 largometrajes y los nombres de directores como Vincente Minnelli (Lili), Orson Welles (Sed de mal) o John Huston (Moulin Rouge).

Fue el capricho de su madre -modelo de profesión- lo que la hizo habitual de los certámenes de belleza de Budapest, casi desde que vino al mundo en la capital húngara el 6 de febrero de 1917. Su carrera en el mundo de la belleza culminó con el título de Miss Hungría en 1936. Estudiaba en un internado suizo cuando le llegó su primera oportunidad, un papel en una opereta. Sin embargo, fue la Segunda Guerra Mundial la que selló su pasaporte a la fama.

Su familia se trasladó a Hollywood, y allí se propuso seducir a la industria con las mismas armas que la harían célebre en el amor: "Sólo necesitas una buena delantera y un cerebro mediano, y que ambos se noten", afirmó en una ocasión. No era del todo cierto. Gabor contaba también con ironía, descaro y un gracioso acento que delataba sus orígenes y la desmarcaban de otros productos estereotipados de Hollywood.

La vida alegre

Definió mucho antes que Marilyn Monroe las bases de la ecuación que define la relación perfecta para una estrella de Hollywood. La receta es simple: deja a los hombres como términos variables y sustituye las incógnitas por quilates. "Nunca quise tanto a un hombre como para devolverle los diamantes", fue otra de sus confesiones.

Nunca quise tanto a un hombre como para devolverle los diamantes

Se casó por primera vez con 20 años con el responsable de prensa del Ministerio de Exteriores turco, Burhan Asaf Belge, de quien se divorció cuatro años más tarde, meses antes de contraer matrimonio de nuevo, esta vez con Conrad Hilton, dueño del imperio hotelero, que se convirtió en su esposo en 1942. Su apuesta en el terreno sentimental comenzó a dar sus sonados frutos más de una década antes de que despegara su carrera profesional. Este despegue se produjo cuando Melvyn LeRoy la eligió para el reparto de su adaptación cinematográfica del musical Roberta, que en la gran pantalla se tituló Lovely to look at (adaptado al español como El amor nació en París).

La década de luz

Para el año del estreno (1952), Zsa Zsa (que compartía nombre con el personaje de la película) tenía ya a la que sería su única hija, Francesca, nacida -según cuenta en su autobiografía- fruto de una violación de Hilton. La actriz encontró pronto refugio en los brazos de su tercer marido, el actor George Sanders, y en el rodaje del Moulin Rouge de John Huston, quien vio en ella a Jane Avril, una de las bailarinas más solicitadas del cabaret parisino.

Títulos cinematográficos como Lili (Vincente Minnelli) y No estamos casados (Edmund Goulding) se alternaron en los cincuenta, los años dorados de la actriz, con diversos productos televisivos de éxito que la convirtieron en uno de los rostros más populares de Hollywood.

Sin embargo, su faceta personal eclipsó casi siempre su trabajo. Su divorcio de Sanders dejó aflorar, una vez instalada en la frivolidad de la industria, la cara más escandalosa de Gabor, que llenó páginas de revistas con múltiples parejas ocasionales, como el playboy dominicano Porfirio Rubirosa. En 1958 filmó, a las órdenes de Orson Welles, Sed de mal.

Nunca se tomó demasiado en serio ni reivindicó que otros lo hicieran. En 1989 fue acusada de golpear a un policía cuando éste se disponía a detenerla por cometer una infracción de tráfico. La segunda parte de la comedia Agárralo como puedas recordó en 1991 el episodio: la actriz aparecía en los títulos de crédito de la cinta en actitud violenta con el coche de Policía que protagoniza el inicio de cada una de las partes de la saga.

Un corazón inquieto

Quien alucina con las andanzas matrimoniales de Liz Taylor (se ha casado ocho veces) no conoce la carrera amorosa de Zsa Zsa Gabor. La húngara ha pasado por el altar en nueve ocasiones. La última, en 1986, salió del brazo del aristócrata alemán Frédéric Prinz von Anhalt, su marido actual, quien se ha convertido en su pareja más duradera. Sus ex esposos más célebres son el empresario hotelero Conrad Hilton y el actor George Sanders (que tras divorciarse de ella se casó con una hermana suya).

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Ilustración: Google
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