Febrero
Febrero es el segundo mes del año en nuestro calendario gregoriano. Es el mes más corto de los doce, pues solamente tiene 28 días los años normales y 29 los años bisiestos, en un intento por conciliar el desajuste con el año lunar.
Fue llamado así en honor a las «Februa» en las Lupercales, que era el festival de la purificación en Roma. Los sabinos, un pueblo antiguo que junto a otros ocupaba la Italia prerromana, eran quienes celebraban esa fiesta anual de purificación a la que llamaban «februa» (de februum, una especie de correa).
Las fiestas Lupercales se celebraban en la antigua Roma el día XV de Kalendas Martias, fecha que corresponde a nuestro actual 15 de febrero. Su nombre deriva supuestamente de lupus, lobo, animal que representa a Fauno Luperco, el que era, en la mitología romana, una de las divinidades más populares y antiguas.
Un cuerpo especial de sacerdotes, los Lupercos o Luperci (o amigos del lobo), eran elegidos anualmente entre los ciudadanos más ilustres de la ciudad, adolescentes que sobrevivían de la caza y el merodeo en el bosque durante el tiempo de su iniciación en la edad adulta, lo que por aquel entonces era un tiempo sagrado y transitorio en que se comportaban como lobos humanos. Se reunían el 15 de febrero en la recientemente encontrada gruta del Lupercal (más tarde llamada Ruminal en honor a Rómulo y Remo) en el monte Palatino.
Según la tradición fue en este lugar donde Fauno Luperco, tomando la forma de una loba, había amamantado a los gemelos Rómulo y Remo, y en cuyo honor se hacía la fiesta.
Allí celebraban cada año el sacrificio de un perro y de un macho cabrío, animales que eran considerados impuros. Después se tocaba la frente de los luperci con el cuchillo teñido con la sangre de la cabra y a continuación se borraba la mancha con un mechón de lana impregnada en leche del mismo animal. Éste era el momento en que los lupercos prorrumpían en una carcajada ritual. Luego cortaban la piel de los animales sacrificados en tiras llamadas februa y con este aspecto y casi desnudos, sólo tapados con unas tiras de cuero, salían alrededor del monte Palatino donde golpeaban a todos los que encontraban a su paso. El ser azotado por las tiras de cuero de los luperci equivalía a un acto de purificación y era llamado februatio.
Tras la fundación de Roma y el posterior surgimiento del Imperio Romano, la urbe dominante tomó prestado el nombre de las fiestas «februas» para designar el mes en que éstas tenían lugar, que por entonces era el último del año.
Con el paso del tiempo, el Papa Gelasio I prohibió y condenó, en el año 494, la celebración pagana de las Lupercales. Quiso cristianizar esta festividad y la sustituyó por el 14 de febrero, fecha en la cual murió martirizado un cristiano llamado Valentín, en el año 270 d. C.
De las lupercales procede hoy la tradición del carnaval gallego característico en Ginzo de Limia, Laza y Verín, donde los cigarrones, pantallas o peliqueiros azotan a la gente con débiles fustas de cuero y los golpean con tripas de cerdo hinchadas, en honor a los pastores de los que «Fauno Luperco» era dios.
Foto y Texto editado de Wikipedia.com
Febrero, óleo sobre lienzo, Leandro da Ponte o Bassano, pintor veneciano, (1557-1622). Museo Kunsthistorisches, Viena.
Fue llamado así en honor a las «Februa» en las Lupercales, que era el festival de la purificación en Roma. Los sabinos, un pueblo antiguo que junto a otros ocupaba la Italia prerromana, eran quienes celebraban esa fiesta anual de purificación a la que llamaban «februa» (de februum, una especie de correa).
Las fiestas Lupercales se celebraban en la antigua Roma el día XV de Kalendas Martias, fecha que corresponde a nuestro actual 15 de febrero. Su nombre deriva supuestamente de lupus, lobo, animal que representa a Fauno Luperco, el que era, en la mitología romana, una de las divinidades más populares y antiguas.
Un cuerpo especial de sacerdotes, los Lupercos o Luperci (o amigos del lobo), eran elegidos anualmente entre los ciudadanos más ilustres de la ciudad, adolescentes que sobrevivían de la caza y el merodeo en el bosque durante el tiempo de su iniciación en la edad adulta, lo que por aquel entonces era un tiempo sagrado y transitorio en que se comportaban como lobos humanos. Se reunían el 15 de febrero en la recientemente encontrada gruta del Lupercal (más tarde llamada Ruminal en honor a Rómulo y Remo) en el monte Palatino.
Según la tradición fue en este lugar donde Fauno Luperco, tomando la forma de una loba, había amamantado a los gemelos Rómulo y Remo, y en cuyo honor se hacía la fiesta.
Allí celebraban cada año el sacrificio de un perro y de un macho cabrío, animales que eran considerados impuros. Después se tocaba la frente de los luperci con el cuchillo teñido con la sangre de la cabra y a continuación se borraba la mancha con un mechón de lana impregnada en leche del mismo animal. Éste era el momento en que los lupercos prorrumpían en una carcajada ritual. Luego cortaban la piel de los animales sacrificados en tiras llamadas februa y con este aspecto y casi desnudos, sólo tapados con unas tiras de cuero, salían alrededor del monte Palatino donde golpeaban a todos los que encontraban a su paso. El ser azotado por las tiras de cuero de los luperci equivalía a un acto de purificación y era llamado februatio.
Tras la fundación de Roma y el posterior surgimiento del Imperio Romano, la urbe dominante tomó prestado el nombre de las fiestas «februas» para designar el mes en que éstas tenían lugar, que por entonces era el último del año.
Con el paso del tiempo, el Papa Gelasio I prohibió y condenó, en el año 494, la celebración pagana de las Lupercales. Quiso cristianizar esta festividad y la sustituyó por el 14 de febrero, fecha en la cual murió martirizado un cristiano llamado Valentín, en el año 270 d. C.
De las lupercales procede hoy la tradición del carnaval gallego característico en Ginzo de Limia, Laza y Verín, donde los cigarrones, pantallas o peliqueiros azotan a la gente con débiles fustas de cuero y los golpean con tripas de cerdo hinchadas, en honor a los pastores de los que «Fauno Luperco» era dios.
Foto y Texto editado de Wikipedia.com
Febrero, óleo sobre lienzo, Leandro da Ponte o Bassano, pintor veneciano, (1557-1622). Museo Kunsthistorisches, Viena.
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