El Año Xacobeo
El Apóstol Santiago
en España
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Ana Dolores García
En el libro bíblico de los Hechos de los Apóstoles se nos relata que éstos se fueron por todo el mundo evangelizando la Palabra de Cristo. Según tradición, Santiago el Mayor llegó hasta España. Se dice que estuvo en la región sureña de Andalucía (Cádiz) y más tarde hasta el extremo noroccidental de la Península, Iria Flavia, hoy Galicia. De allí pasó a la ciudad romana de Caesaraugusta, conocida más tarde como Zaragoza.
En Zaragoza se lamentaba porque no consideraba exitosos sus esfuerzos en lograr conversiones al cristianismo, e invocó la mediación de María. De acuerdo a la tradición cristiana, María se le apareció «en carne mortal» aún antes de su dormición o asunción a los cielos. Un día, alrededor del año 40 de la era cristiana y orando junto al río Ebro con sus siete discípulos de Zaragoza, éstos lograron ver un resplandor inusual sobre el apóstol, así como unos ángeles que portaban una columna de jaspe.
El milagro dio origen a la construcción de un templo dedicado a María, por la que había sido su primera aparición. Con el tiempo, a la columna sobre la cual María se le apareció a Santiago comenzó a llamársele «el Pilar» y, a la propia aparición, «la Virgen del Pilar». A partir de entonces, se hizo real la evangelización de la Hispania al mismo tiempo que aumentaba la devoción a María. Hoy, la Vírgen del Pilar de Zaragoza es la Patrona de España y de la Hispanidad.
Santiago viajó entonces de regreso a Jerusalén y fue apresado por los soldados de Herodes Agripa, quien ordenó su muerte. Con las manos atadas lo llevaron hasta el Monte Calvario, fuera de la ciudad, y se cuenta que hizo milagros camino del lugar donde iba a ser decapitado. El propio hombre que lo había denunciado, de nombre Josías, se arrepintió de ello y le imploró perdón. Santiago, con sus manos atadas, le preguntó si quería recibir el bautismo. Ante la respuesta afirmativa de Josías, Santiago le predijo: «Tú serás bautizado en tu propia sangre». En efecto, Josías también murió mártir por haberse convertido al cristianismo. Santiago fue decapitado y pasó a ser el primer mártir entre los Apóstoles.
Trasladado sigilosa y milagrosamente su cadáver a España por dos de sus discípulos, la supuesta tumba de Santiago en Iria Flavia fue descubierta muchos años después, a comienzos del siglo IX. A mediados de ese propio siglo otro hecho sobrenatural agrandaría aún más la fama e importancia de Santiago, y lo hizo indiscutible motor de la Reconquista.
En la batalla de Clavijo, el rey Ramiro I de Asturias se prestaba a combatir contra las tropas musulmanas de Abderramán II. La superioridad numérica de los árabes era abrumadora, pero en medio de la batalla se apareció la imagen de Santiago montado sobre un caballo blanco y atacando a los infieles, permitiendo este hecho que los cristianos pudieran vencer a los musulmanes.
Surgió entonces el nombre de «Santiago Matamoros», con el que muchas veces se denominó al Apóstol, y cuyo empleo en la actualidad no es políticamente correcto en España.
Ana Dolores García
Foto: Google,
Imagen de Santiago Apóstol
en la Catedral de Santiago de Compostela
En Zaragoza se lamentaba porque no consideraba exitosos sus esfuerzos en lograr conversiones al cristianismo, e invocó la mediación de María. De acuerdo a la tradición cristiana, María se le apareció «en carne mortal» aún antes de su dormición o asunción a los cielos. Un día, alrededor del año 40 de la era cristiana y orando junto al río Ebro con sus siete discípulos de Zaragoza, éstos lograron ver un resplandor inusual sobre el apóstol, así como unos ángeles que portaban una columna de jaspe.
El milagro dio origen a la construcción de un templo dedicado a María, por la que había sido su primera aparición. Con el tiempo, a la columna sobre la cual María se le apareció a Santiago comenzó a llamársele «el Pilar» y, a la propia aparición, «la Virgen del Pilar». A partir de entonces, se hizo real la evangelización de la Hispania al mismo tiempo que aumentaba la devoción a María. Hoy, la Vírgen del Pilar de Zaragoza es la Patrona de España y de la Hispanidad.
Santiago viajó entonces de regreso a Jerusalén y fue apresado por los soldados de Herodes Agripa, quien ordenó su muerte. Con las manos atadas lo llevaron hasta el Monte Calvario, fuera de la ciudad, y se cuenta que hizo milagros camino del lugar donde iba a ser decapitado. El propio hombre que lo había denunciado, de nombre Josías, se arrepintió de ello y le imploró perdón. Santiago, con sus manos atadas, le preguntó si quería recibir el bautismo. Ante la respuesta afirmativa de Josías, Santiago le predijo: «Tú serás bautizado en tu propia sangre». En efecto, Josías también murió mártir por haberse convertido al cristianismo. Santiago fue decapitado y pasó a ser el primer mártir entre los Apóstoles.
Trasladado sigilosa y milagrosamente su cadáver a España por dos de sus discípulos, la supuesta tumba de Santiago en Iria Flavia fue descubierta muchos años después, a comienzos del siglo IX. A mediados de ese propio siglo otro hecho sobrenatural agrandaría aún más la fama e importancia de Santiago, y lo hizo indiscutible motor de la Reconquista.
En la batalla de Clavijo, el rey Ramiro I de Asturias se prestaba a combatir contra las tropas musulmanas de Abderramán II. La superioridad numérica de los árabes era abrumadora, pero en medio de la batalla se apareció la imagen de Santiago montado sobre un caballo blanco y atacando a los infieles, permitiendo este hecho que los cristianos pudieran vencer a los musulmanes.
Surgió entonces el nombre de «Santiago Matamoros», con el que muchas veces se denominó al Apóstol, y cuyo empleo en la actualidad no es políticamente correcto en España.
Ana Dolores García
Foto: Google,
Imagen de Santiago Apóstol
en la Catedral de Santiago de Compostela
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