26 de agosto de 2009

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La noticia, monda y lironda

El titular que nos llega de Cuba, aparte de los que se refieren a las visitas de cortesía o a los conciertos por la paz, es para la agudización de la falta del papel higiénico. El tema no es nuevo, porque desde hace lustros nuestras jineteras no son lo único que existe en Cuba entre lo más ilustrado del mundo.

Después de todo no es para desesperarse ya que para grandes males siempre hay grandes remedios. Es admirable el tino con el que los cerebros de la nomenklatura aciertan al planificar la planificación de los planes de producción y consumo. ¿Qué otro resultado más positivo se iba a poder esperar del obligado cierre de fábricas, comercios y oficinas, que el poder dedicar los ejemplares del Granma que allí se distribuían, para palear la urgente necesidad del pueblo?

Con ello se benefician también los jubilados a quienes se les venden sin limitación alguna los ejemplares que deseen, porque no se ha implantado ningún control para el abastecimiento. Hasta se disimula la inevitable reventa, pero el precio se mantiene inalterable: 20 centavos cubanos lo mismo por los diarios viejos que por el de la fecha del día. Porque, al fin y al cabo, todos se van a usar para lo mismo.


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