En el convento de la
Encarnación «vivió feliz 27 años, siendo siempre, eso sí, el
centro de la atención y el afecto de familia, monjas y seglares», señalan en la
web del V Centenario de Santa Teresa de
Jesús. La santa debía ser una mujer
hermosa, de cuerpo frágil y dotada de una espiritualidad fuera de lo común. En
1538 cae de nuevo enferma. Ante el fracaso de los médicos, su padre le lleva a
una curandera cuyo tratamiento «deja a la enferma medio muerta», relata
Montserrat Izquierdo en su obra “Teresa de Jesús. con los pies descalzos”. Un
año después, un paroxismo* la
llevará a las puertas de la muerte.
En el convento de la Encarnación le prepararon
su sepultura y hasta celebraron un funeral, según relata Izquierdo. Sin
embargo, cuatro días después, volvió en
sí y pidió que la llevaran de vuelta al convento. «En la enfermería del monasterio pasará
tullida casi cuatro años hasta verse curada, según su propia
confesión, por la intercesión de san José», apunta la escritora.
* Estado en que el paciente pierde
el sentido y la acción por largo tiempo. (¿Estado
de coma?)
Esta serie se enriquece con los dibujos de Nancy Olaya Monsalve
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