Los años siguientes fueron los más oscuros
para la santa, que abandonó la oración en 1542 y un año después salió del
convento para cuidar a su padre. Moriría en aquella Navidad y a su regreso,
Teresa pasaría diez años más entre estados de desesperanza y periodos de
oración hasta que en 1554,
cuando rondaba los 40 años, tuvo lugar su conversión definitiva ante un Cristo
llagado. «Ese día nace Teresa de Jesús y comienza la segunda etapa de su vida.
La de su fecundidad espiritual, mística y literaria. La etapa de fundadora»,
subraya la filóloga especialista en la figura de Santa Teresa.
Esta serie se enriquece con los dibujos de Nancy Olaya Monsalve
Esta serie se enriquece con los dibujos de Nancy Olaya Monsalve
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