El bombin de
Barreto
Alguien me dijo en una ocasión que el bombín de Barreto se exhibía en el Museo Nacional de la Música de La Habana. El bombín de Barreto era para mí, hasta ese momento, solo el título de un celebrado danzón escrito por José Urfé. ¿Existía realmente el sombrero que dio vida a esa melodía?
Durante
décadas no hubo en la Isla suceso trascendente o figura de relieve al que no se le dedicara un danzón. José Urfé se inspiró en un hecho jocoso para escribir El bombín de Barreto. Sucedió que su orquesta se presentaría en Puerto Padre, y Julián Barreto, uno de los violinistas de la agrupación y hombre muy cuidadoso en el vestir, se interesó por saber cuál era el atuendo apropiado para esa localidad. «Bombín todo el día», respondió Urfé; por lo que Barreto se compró varios bombines que no pudo usar, desde luego, en Puerto Padre. Fue así que surgió "El bombín de Barreto", que, más allá de la mera anécdota, tiene la importancia histórica de ser, se dice, el primer danzón con
montuno o parte más movida.
Después de 31 años de haber creado
Miguel Faílde el primer danzón instrumental, bailable titulado “Las alturas de
Simpson”, José Urfé encontró en el ritmo del son oriental un complemento para
estructurar su famoso danzón “El bombín de Barreto”. Por este danzón se
estructuró, se transformó la coreografía tradicional hasta ese momento de
cierto rigor en una más abierta a pasillos variados que pudiera introducir el
bailador según su forma de bailar o sus experiencias y habilidades en el baile.
El danzón “El Bombín de Barreto” fue estrenado en el Centro Familiar de Güira
de Melena el 11 de diciembre de 1910.
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