la marcha “Pro-Life”
en
Estados Unidos
Anoche en el
Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción se celebró la Misa de apertura presidida por el arzobispo de Boston, Sean O'Malley.
ROMA,
21 de enero de 2014 (Zenit.org) - Después de
París, también Washington sale a la calle a favor de la vida. Hoy se esperan
más de 10.000 peregrinos al Santuario nacional de la Inmaculada Concepción para
la Vigilia anual de oración que celebra la Marcha por la Vida. En su 41ª
edición, la manifestación es ya una cita tradicional para la Iglesia americana
para recordar el aniversario de la sentencia “Roe vs Wade” de la Corte Suprema
que legalizó el aborto en EEUU en 1973.
La misa
de apertura fue presidida por el cardenal Sean O'Malley, arzobispo de Boston,
quien también es presidente de la Comisión episcopal para las actividades
pro-vida. El purpurado, en días pasados, explicó que la sentencia de 1973
representa el ejemplo más evidente de lo que el papa Francisco ha definido como
"cultura del descarte". «Nuestra sociedad relega el aborto a una
cuestión de elección personal, negando a menudo incluso el reconocimiento de la
dignidad humana de los niños no nacidos», afirmó.
La
vigilia continuó a partir de medianoche en la cripta del Santuario, a pesar de
la inclemencia del tiempo, con diferentes
momentos de oración y espiritualidad: confesiones, rezo del Rosario, oración
nocturna y la exposición del Santísimo Sacramento.
Hoy por
la mañana se celebrará la misa de clausura, a las 7:30 am, presidida por
monseñor Charles Chaput, arzobispo de Filadelfia, antes de la marcha directa a
la Corte Suprema, organizada por varias organizaciones pro-vida.
Una
sentido llamamiento para asistir al evento fue lanzado por el arzobispo Joseph
E. Kurtz, presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, que
publicó en su blog las razones por las que vale la pena asistir a la marcha en
Washington.
«Marchamos
en recuerdo de quien ha caído por el aborto", escribe el prelado, marchamos
por los niños sin voz, para defender su derecho a la vida. Sobre todo por
aquellos que, como mi hermano Georgie, han nacido con síndrome de Down y cuyas
vidas son demasiado a menudo consideradas indignas de ver la luz del día».
«Marchamos
por las mujeres que habiendo considerado el aborto, a través de nuestro interés
por sus necesidades, encontrarán la fuerza de elegir la vida -continúa Kurtz e
invita también a marchar «en solidaridad con las madres que están sufriendo el
post-aborto, que están trabajando por el día en que ninguna mujer deba sufrir
como ellas».
Finalmente, concluye: «marchamos en acción de
gracias por las madres biológicas que, a pesar de las muchas adversidades, han
dado a sus hijos el don de la vida y una familia adoptiva para hacerles crecer».
El
arzobispo recuerda además que, en los 41 años de la ley Roe vs. Wade, «más de
55 millones de niños inocentes han perdido la vida por el aborto en los Estados
Unidos». «Innumerables madres, a menudo sufriendo física, emotiva y
espiritualmente son abandonas en el silencio», observa el prelado, y junto a ellas
- añade - sufren también otras personas: «los hombres que han perdido su
paternidad, los abuelos a los que les faltan sus nietos y los niños privados de
hermanos...».
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