Italia
en una semana
El obelisco Minerveo de Roma
De
los varios obeliscos egipcios que hay en Roma, puedo decir algo de los que vi, mucho menos que la mitad de ellos. Comenzaré por el primero y de menor altura, a las
pocas horas de las escasas en que tuve tiempo de ver algo de lo mucho que
ofrece Roma.
Se trata del obelisco
“Minerveo”, llamado así porque se encuentra en la antigua plaza de Minerva, hoy
Plaza “Sancta Maria sopra Minerva”, es
decir, el nombre de la iglesia católica que lo contempla y que fue construida
sobre un antiguo templo a Isis y éste sobre otro más antiguo a Minerva.
A la iglesia pudimos
entrar pero sin ver nada: completamente a oscuras. Un fraile dominico avisaba en la puerta con una campana que
estaban listos para cerrarla. Eran ya las siete de la tarde, y de domingo, desde luego hora muy
inusual para recibir turistas. Se le considera la única iglesia gótica de Roma en base a su estructura interior. La atienden los PP dominicos y en el
aledaño convento está enterrado Fra Angélico. En el templo dicen que está Santa
Catalina de Siena, aunque sin cabeza. La cabeza la vimos precisamente en Siena.
Este obelisco en su
nativo Egipto era mellizo, pues existían
dos similares en Sais, una importante ciudad del Bajo Egipto. De allá se los
trajo a Roma el emperador Diocleciano para el templo de Isis, diosa egipcia cuyo
culto se había extendido a otras regiones incluso de Grecia y del imperio romano.
Estos últimos eran bastante tolerantes en materia de dioses paganos y con un
cierto enfoque sincrético identificaban otras deidades con las propias de su
mitología. Así para muchos la egipcia Isis era como el equivalente de otra
diosa también extranjera, Cibeles, y le rendían culto.
Wikipedia aclara el porqué: “La robusta apariencia
de la estructura hizo que ganase el apodo popular de Porcino (cerdito).
El nombre de la estructura con el tiempo se cambió a Pulcino, el
equivalente Romanesco (dialecto romano) de un «pollito» o «chica».
Esto
podría referirse a la comparativamente corta estatura del obelisco, o una oscura
alusión a la principal organización benéfica de los dominicos (donde había sido
encontrado) de asistir a las jovencitas que necesitaban dotes, quienes hacían
una procesión en el patio cada año.
Aparte de lo que
pensara la gente, la idea de hacer que un elefante cargara un obelisco había
sido otra. Se dice que se debió a la popularidad de una novela del siglo XV en la que su
personaje principal había encontrado un elefante de piedra llevando sobre sí un
obelisco. La novela se ilustraba con un grabado del elefante y su obelisco a
lomos, y el diseño de la manta que cubría al elefante guardaba completa similitud
con el que Bernini dibujó para la escultura.
La base de ésta
conserva una inscripción latina pensada por el propio papa Alejandro VII, y que
se traduce como “…una mente fuerte se necesita para sostener un sólido
conocimiento.”
El otro obelisco
similar al Minerveo, -pero sin elefante-, se encuentra en Urbino, ciudad de Italia
cercana a Florencia.
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