26 de septiembre de 2013

El obelisco Minerveo de Roma



Italia en una semana



El obelisco Minerveo de Roma


Ana Dolores García

De los varios obeliscos egipcios que hay en Roma, puedo decir algo de los que vi, mucho menos que la mitad de ellos. Comenzaré por el primero y de menor altura, a las pocas horas de las escasas en que tuve tiempo de ver algo de lo mucho que ofrece Roma. 


Se trata del obelisco “Minerveo”, llamado así porque se encuentra en la antigua plaza de Minerva, hoy Plaza “Sancta Maria sopra Minerva”,  es decir, el nombre de la iglesia católica que lo contempla y que fue construida sobre  un antiguo templo a Isis y éste sobre otro más antiguo a Minerva. 


A la iglesia pudimos entrar pero sin ver nada: completamente a oscuras.  Un fraile dominico avisaba en la puerta con una campana que estaban listos para cerrarla. Eran ya las siete de la tarde, y de domingo,  desde luego hora muy inusual para recibir turistas. Se le considera la única iglesia gótica de Roma en base a su estructura interior. La atienden los PP dominicos y en el aledaño convento está enterrado Fra Angélico. En el templo dicen que está Santa Catalina de Siena, aunque sin cabeza. La cabeza la vimos precisamente en Siena. 


Este obelisco en su nativo Egipto era mellizo,  pues existían dos similares en Sais, una importante ciudad del Bajo Egipto. De allá se los trajo a Roma el emperador Diocleciano para el templo de Isis, diosa egipcia cuyo culto se había extendido a otras regiones incluso de Grecia y del imperio romano. Estos últimos eran bastante tolerantes en materia de dioses paganos y con un cierto enfoque sincrético identificaban otras deidades con las propias de su mitología. Así para muchos la egipcia Isis era como el equivalente de otra diosa también extranjera, Cibeles, y le rendían culto. 
   
Mucho después de Diocleciano y del imperio romano, el obelisco Minerveo fue encontrado en 1655 en el patio del convento dominico contiguo al templo de Sancta Maria, donde lo habían enterrado los frailes al construir la iglesia. En 1667 el papa Alejandro VII le procuró una base y se la encargó a Gian Lorenzo Bernini, uno de los escultores más destacados del arte barroco. Bernini lo diseñó, pero el realizador lo fue su alumno Ercole Ferrata. Lo colocaron frente a la referida iglesia de Sancta Maria sopra Minerva y detrás del Panteón. Así fue como tomó su nuevo nombre: el Pulcino della Minerva, (la chica de Minerva), en alusión al elefante de su base.  
  

Wikipedia aclara el porqué: “La robusta apariencia de la estructura hizo que ganase el apodo popular de Porcino (cerdito). El nombre de la estructura con el tiempo se cambió a Pulcino, el equivalente Romanesco (dialecto romano) de un «pollito» o «chica».

Esto podría referirse a la comparativamente corta estatura del obelisco, o una oscura alusión a la principal organización benéfica de los dominicos (donde había sido encontrado) de asistir a las jovencitas que necesitaban dotes, quienes hacían una procesión en el patio cada año.


Aparte de lo que pensara la gente, la idea de hacer que un elefante cargara un obelisco había sido otra. Se dice que se debió a la popularidad  de una novela del siglo XV en la que su personaje principal había encontrado un elefante de piedra llevando sobre sí un obelisco. La novela se ilustraba con un grabado del elefante y su obelisco a lomos, y el diseño de la manta que cubría al elefante guardaba completa similitud con el que Bernini dibujó para la escultura.


La base de ésta conserva una inscripción latina pensada por el propio papa Alejandro VII, y que se traduce como “…una mente fuerte se necesita para sostener un sólido conocimiento.” 


El otro obelisco similar al Minerveo, -pero sin elefante-, se encuentra en Urbino, ciudad de Italia cercana a Florencia.

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