Un poco de
cotilleo
La sombra de los Alba
enfrió "la boda del año"
Beatriz Cortázar, ABC, Madrid.
La boda de
Francisco Rivera Ordóñez y Lourdes Montes, celebrada el pasado 14 de
septiembre en una finca de Ronda, estuvo marcada por las ausencias y la
polémica. Una semana después, y cuando aún no se ha apagado la controversia
sobre la filtración a los medios de varias imágenes que reventaron su exclusiva
con «¡Hola!», el enlace sigue dando mucho que hablar.
Y es que fueron notables las deserciones en esa
celebración
con chistera y chaqué, tal y como rezaba el dress code, y con un alcalde de Sevilla
(Juan Ignacio Zoido) oficiando
en Ronda no se sabe muy bien qué. De hecho, la auténtica boda había tenido
lugar días antes en el Ayuntamiento sevillano, lo que explica que en el
reportaje de «¡Hola!» Zoido tan sólo apareciera en una foto muy pequeña.
Mientras, el pasado sábado la duquesa
de Alba se dejaba ver en Salamanca junto a su esposo, Alfonso Díez.
La sombra de doña Cayetana es muy alargada, su poder es notable, y eso
explicaría los poquísimos nombres conocidos que quisieron acompañar a los novios
en lo que algunos se han empeñado en llamar la «boda del año» y la
mayoría, el “reventón de la temporada”. Se vio a Manuel Díaz «El Cordobés», César
Cadaval, Farruquito, Jesús Quintero, José María García y poco más. Pero
¿dónde estaban los Morante, Conde,
Ponce, Litri, Camino, Talavante, Perera, Jesulín, Espartaco o Romero,
entre otras figuras del toreo? Mutis por el foro. Quien más y quien menos puso
una excusa.
Esta semana, por Sevilla se ha escuchado de todo. De entrada, a Zoido ya le han
dedicado varios artículos a propósito de su “oficio” como alcalde sevillano en
una localidad malagueña y en una celebración polémica. Por otro lado, se
asegura que muchos declinaron ir a la fiesta de Fran por el enfado que existe en el seno
de la Casa de Alba,
especialmente por parte de la duquesa, quien consideró una traición que su
exyerno solicitara por vía judicial la custodia de la pequeña Cayetana Rivera Martínez de Irujo.
En un
pueblo de Madrid
Eso es al menos lo que se cuece por la capital
hispalense, donde también se destaca la ausencia de Kiko Rivera, hermano
del novio, quien esa noche prefirió actuar como DJ en un pueblo cercano a
Madrid. Según sus amigos, la relación entre Fran y Kiko no es tan cordial ni frecuente como se presumía. Por
otro lado, el hijo de Isabel Pantoja “pasaba”
de ponerse chaqué y chistera, y prestarse a ser el hazmerreír de muchos.
Ni los Rivera,
ni los Dominguín, ni la prima Belén, hija de la desaparecida Belén Ordóñez; ni tan siquiera el tío Curro Vázquez. Faltaron todos los
esperados. Entretanto, en silencio, evitando llamadas y ofertas millonarias
para dar su opinión sobre la boda de su exmarido, Eugenia Martínez de Irujo ha hecho lo que suele cuando se siente
agobiada y presionada: coger las maletas y largarse de España.
Por eso, durante los fastos del enlace civil, la duquesa de Montoro se ha quitado de en
medio, que es lo más recomendable en estos casos. Me consta que el hecho de que
Fran se haya casado con Lourdes a ella le ha dejado totalmente indiferente. Esa
etapa ya la superó hace mucho; incluso, se habría alegrado por él si no hubiera
sido por la demanda que Fran le puso hace un año para cambiar el régimen de
custodia de Tana.
Aunque Fran
perdió en los tribunales, la herida sigue abierta. De aquellos
movimientos llegó la ruptura con los Alba y el enorme disgusto para la duquesa,
su auténtica protectora durante muchos años Cayetana se había desvivido por
Fran,
apoyándole
en todo: en su carrera como torero, acudiendo siempre a Ronda o a las plazas
donde lidiaba; frente a las críticas públicas que contra él vertieron José Tomás o Morante de la Puebla,
quienes se indignaron cuando en 2009 se otorgó a Rivera Ordóñez la Medalla al
Mérito de las Bellas Artes; y hasta con sus novias de turno, como la bailarina Cecilia Gómez o la propia sobrina de
doña Cayetana, Blanca Martínez de Irujo.
Ahí estaba siempre la duquesa, a pesar de los enfados de su hija Eugenia, pues
jamás entendió la relación de su prima con su exmarido. Pero lo de su nieta
Tana nunca lo hubiera imaginado la duquesa. El día que se enteró de la demanda
por la custodia, se quitó la venda de los ojos y renegó de su exyerno para
siempre.
La otra
protagonista
Hoy está triste no por la boda en sí, sino porque
considera que se ha utilizado a su nieta. A Tana le han dado un papel protagonista en esa celebración y en
las imágenes publicadas se la ve de espaldas, de perfil, a contraluz y hasta
con medio rostro al descubierto. Se la vistió de largo, y eso que aún no ha
cumplido los 14 años, y también se la ha retratado brindando. Da igual que a su
madre no le guste, porque ahí están las imágenes. Por eso,
en Sevilla se escucha de todo. Por ejemplo, hay quienes ya hacen comparaciones
de esta boda con la de Belén Esteban. A diferencia de Fran, Belén no sólo no
vendió la exclusiva de su enlace, sino que jamás se ha prestado a posar con su
hija Andrea.
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