Recogedor
de latas,
negocio
emergente en Cuba
Por Daniel Palacios Almarales
LA HABANA.- Aurelio Montenegro se levanta todos
los días a las seis de la mañana y ya tiene su día ocupado de principio a fin.
Su trabajo lo lleva a desandar por las calles de La Habana en una interminable
búsqueda, a la usanza del más acucioso de los periodistas.
No hay lugar de esta vetusta y desmejorada ciudad
que Aurelio no haya recorrido, ni esquina que fuera pasada por alto desde que
hace cinco años definiera que era mejor ganarse la vida llevando a su morral el
continente que a lo mejor usted mismo desechó. Para él, recoger latas es
sinónimo de bocado al terminar el día.
“No me da vergüenza, porque no robo a nadie y me
gano la vida honradamente”, dijo este habanero de 45 años al cuestionársele
sobre lo chocante de escudriñar en los latones de basura. “Lo mío es recoger la
mayor cantidad de latas posible porque me la pagan por kilogramo, lo que diga
la gente no me interesa. Si no fuera por esto, no sé qué pasaría”, afirmó
mientras aplastaba con una pesada piedra el fruto de su recolecta, pues de esta
manera caben más en su saco.
Recoger latas de cerveza o refresco se ha
convertido en una de las “profesiones” que más auge ha alcanzado dentro de un
sector poblacional rayano en la pobreza y el desahucio. Una posibilidad que
brinda el gobierno para incentivar el reciclaje de materias primas y a
la vez crear una fuente de pseudoempleo.
Pero como todo negocio que no es precisado por la
ley, hay quienes comienzan a buscarle la “quinta pata al gato” y
Yudilexis Sánchez al parecer se la encontró.
Este guantanamero de 31 años se ha convertido -a
escasos metros de la conocida Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad- en uno
de los receptores por excelencia de las latas que recogen por todo el municipio
de Habana Vieja, y de esta manera funciona como intermediario entre los
recogedores y las Casas de Recuperación de Materias Primas (CRMP).
“Yo tengo mi trabajo como empleado de
mantenimiento en una fundición y en mis tiempos libres me dedico a recepcionar todo lo que me traen.
En los CRMP pagan a ocho pesos el kilogramo de latas, yo se los pago a seis a
los recogedores y al contado, así se evitan las largas colas”, aseguró mientras
empacaba en sacos negros de basura una importante cantidad de recipientes ya
aplastados y listos para entregar.
Sánchez tiene una lógica para operar y hacer
rentable su labor. “Conmigo tienen el dinero rápido y yo les compro la cantidad
que me traigan. Normalmente llevo a las CRMP unos 100 kilogramos (esto le deja
200 pesos o 8 CUC de ganancia neta en cada envío) dos veces a la semana, con
esto yo aseguro una ganancia al mes que supera por mucho mi salario (390 pesos,
16 CUC)…vaya que no me va mal”, comentó…
…Mientras tanto, las calles de La Habana siguen
llenas de eternos buscadores, esos que, literalmente, encuentran dinero en la
basura.
Fuente: cafefuerte.com
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