18 de diciembre de 2012

LA MADRE DEL ASESINO SE PREPARABA PARA EL FIN DEL MUNDO


La madre del asesino 
se preparaba 
para el fin del mundo


Marta Torres / Enviada especial .  Newtown.
La Razón, Madrid

Nancy Lanza, de 52 años, quizá sabía que algo malo iba a ocurrir. Hace días le dijo a un amigo, que ha preferido no revelar su identidad, que «creo que le estoy perdiendo [por Adam Lanza]». Estaba en «My Place», el bar de este pequeño pueblo de Co-nnecticut donde la estadounidense iba a tomar cervezas. Ese día, se había tomado unas cuantas. Y Nancy habló de Adam, del que no solía dar muchos detalles. Prefería contar cosas de su otro hijo, Ryan, el mayor, que tiene 24 años y fue al que se atribuyó en un primer momento la autoría del tiroteo. En cambio, esa noche habló de Adam. «Nancy estaba preocupada. Me dijo días antes de esta tragedia que había visto a Adam quemarse con un mechero. No sé si en los brazos o en los codos. Le pregunté si le iba a conseguir ayuda, y me dijo que sí», recuerda el vecino de Newtown.

Considerada una «survivalist», era miembro de un grupo que cree en el fin del mundo. Los «survivalists» suelen almacenar comida, agua y pistolas; ella se obsesionó con que la humanidad estaba al borde de un final violento y del derrumbamiento del sistema económico. Nancy había cambiado con el paso de los años. Y el otro día en el bar estaba al límite.

Otros amigos relatan que en otra ocasión, cuando el chico estaba enfermo, no dejó que su madre entrase en su habitación. Y Nancy decidió dormir en la alfombra en la puerta del dormitorio del joven. Procuraba hablar poco de Adam. Pero todo era muy extraño. Nancy siempre vivió preocupada por su hijo. Era como si intuyese que algún día iba a ocurrir algo de lo que hubiese que lamentarse después. Aun así, sobreprotegía a su hijo. ¿Qué iba a hacer si no? Su canguro, [Nana, baby sitter], Ryan Kraft, recuerda que tenía unas instrucciones algo escalofriantes cuando tenía que cuidar del niño. Entonces, tenía sólo nueve años. Pero su comportamiento era bastante raro. Y ahora todo encaja. Así, cuando Kraft escuchó el viernes lo que había pasado, empezó a mover la cabeza y recordó los momentos en los que se hizo cargo del niño. Nancy le dio instrucciones muy claras y precisas: «Vigílale siempre. Nunca le des la espalda. No vayas al baño o algo parecido», insistía siempre. Kraft explicó que «cuando hacíamos algo, ya fuese jugar con los Legos o videojuegos, estaba muy concentrado», indicó sobre Adam Lanza, quien sufría una anomalía que no le permitía sentir el dolor físico.

A los 16 años, Nancy Lanza decidió sacarle del colegio. Había discutido demasiado con el director y los profesores de la Escuela Secundaria de Newtown, donde Adam cursaba sus estudios. Pero éstos estaban muy preocupados y decidieron asignarle un psicólogo. Ahora pensaba en trasladarse al Estado de Washington, al otro lado del país. Quizá, Carolina del Norte, para inscribir a Adam en un instituto nuevo. Conforme avanza la investigación y conocemos más detalles de los últimos momentos de la vida de los 20 niños, surgen más preguntas sobre el autor de la tragedia, Adam Lanza, de 20 años, y su madre Nancy. ¿Por qué un chico con estos problemas mentales tenía acceso a todas estas armas? ¿Por qué su madre compró un rifle semiautomático que utilizan las tropas estadounidenses para cazar terroristas del Al Qaeda?

Adam ocupaba dos habitaciones de la casa en la que vivía con su madre. Todo apunta a que usaba un cuarto para dormir y ahí tenía su ropa, mientras que en el otro almacenaba sus pertenencias, incluido su ordenador. Dos agentes al frente de la investigación reconocieron ayer que el disco duro del ordenador de Adam había sido arrancado y roto en pedazos. Parece una pieza clave de la investigación, por lo que lo que se ha recurrido a los forenses expertos en electrónica del FBI para examinarlo. Los agentes podrán determinar si actuó realmente solo, cómo lo planeó, si consiguió toda la munición a través de internet... El hecho de que lo haya destruido le da más importancia.

El teniente de la Policía de Connecticut, Paul Vance, indicó ayer que el chico «tenía cientos de balas». Estaba dispuesto a matar a todos los niños del colegio, donde los vecinos han llevado 20 árboles de Navidad adornados con peluches en recuerdo de los pequeños.

Mientras, ayer tuvieron lugar los dos primeros funerales de las víctimas de esta tragedia en Sandy Hook en memoria de Noah Pozner y Jack Pinto, ambos de 6 años. El servicio de Pozner se produjo en Fairfiel, localidad vecina. Sus restos mortales recibieron sepultura en el cementerio de B' nai Israel en Monroe. La ceremonia en recuerdo de Pinto se realizó en el tanatorio de Honan y el entierro fue en el cementerio de Newtown.

EL MOLINO Y LA CRUZ



El Molino y la Cruz

Dirección: Lech Majewski.
Guión: L. Majewski, Michael Francis Gibson.
Intérpretes: Rutger Hauer, Michael York, Charlotte Rampling.
Polonia-Suecia, 2012. Duración: 92 minutos. Drama

La película se inspira en la obra "Cristo cargando la cruz" o “Camino al Calvario” del pintor flamenco Pieter Brueghel "el Viejo". Se eligieron doce personajes del cuadro y sus historias se combinaron con los avatares de la creación de la tela. Majewski pintó los decorados y se utilizó lo último en técnicas digitales para incorporar a los actores al mundo de Brueghel. La película se exhibió en Sundance. (FILMAFFINITY)

Hay, en la historia del cine, películas sobre pintores –de Miguel Ángel a Basquiat, pasando por Goya, Vermeer o Pollock–, incluso sobre cuadros concretos y procesos artísticos. Pero cuesta encontrar una que, como «El molino y la cruz», sea en sí misma un cuadro, o lo más próximo a su representación en el lenguaje del celuloide. 


 Es un espectáculo en sí misma, una pequeña y extraña joya desde el punto de vista formal: los grandes cuadros que adquieren vida propia, estos personajes que, dentro de los lienzos, caminan, portan leña, tiran de los animales, venden pan, mientras el pintor los espía y esboza la imagen para que la eternidad se ocupe de ella.

Inspirada en la maravillosa obra «Camino al calvario» del pintor flamenco Pieter Brueghel el Viejo, y con una profundidad de campo de resultado casi tridimensional, hay mucho de Bergman en la luz y la mirada a veces un tanto fría, desapegada, de Majewski, sobre sus criaturas, incluso Pasolini habría sonreído de medio lado ante estos hombres con pocos dientes y algunas plumas en el sombrero.

Y, por encima de ello, se asombraría ante la suciedad y miseria. Porque, más allá del continente y la belleza de cada detalle en esta producción hipnótica, de ese mimo riguroso por la imagen «congelada», existe una especie de oscuridad espesa, insalubre, y se presiente el olor de la muerte y la lenta putrefacción de los cuerpos mientras las aves devoran hasta las entrañas de un pobre tipo en un filme que ofrece una visión bastante dura de cómo Flandes tuvo que soportar aquella época la opresión de los españoles. Hay muy pocas palabras, sin embargo, en la cinta, casi todas pronunciadas por un cinematográficamente recuperado Michael York. Aunque, y quizá pocas veces mejor dicho, una imagen vale más que mil palabras. Y que cien mil.

Reto artístico, reflexión histórico-social, órdago simbológico, el filme del artista plástico, director de escena y cineasta polaco Lech Majewski se escapa de lo convencional no sólo en su punto de partida sino en su forma. Majewski cayó cautivado por un ensayo que le envió el crítico de arte Michael Francis Gibson sobre el cuadro de Pieter Brueghel «El camino al calvario»: «Me lo envió con una anotación en la que decía que yo tenía una mente bruegeliana –cuenta–. Era un ensayo de 230 páginas maravillosamente escrito. Lo leí de golpe y me sugirió tantas imágenes que supe que quería hacer una película sobre él».

Así nació un filme en el que Majewski se adentra en las historias de los personajes del lienzo; una cinta coral en la que destacan Rutger Hauer –que encarna al propio Brueghel–, Michael York y Charlotte Rampling. Un viaje a una época en la que lo espiritual, lo religioso, empapaba el día a día de Europa; también una denuncia de la brutalidad y la intolerancia, personificada –qué le vamos a hacer– por los soldados españoles de Flandes y la Inquisición... «Dios no es un término preciso: dos personas que hablan de Dios dicen cosas diferentes», sentencia.

Reproducido de larazon.es

Netflix ya tiene en sus listas el DVD "El Molino y la Cruz", e igualmente está disponible en Amazon.com

GALA HOMENAJE CENTENARIO DE LA DIÓCESIS DE CAMAGÜEY

FRASE DE SABIDURÍA

No tomes todas las bromas a broma, porque hay bromas que embroman.
- Emilio A Cosío (1926-2011) Escritor y humorista cubano)

17 de diciembre de 2012

LOS FUNERALES DEL COMANDANTE



LOS FUNERALES DEL COMANDANTE 
Y EL PASO DE LAS MARIPOSAS

Patricia Gutiérrez Menoyo

Fueron las 72 horas más cargadas que me haya tocado vivir. Horas marcadas por conexiones misteriosas entre hechos aparentemente distantes o inconexos. Ha sido una aventura del espíritu en la que nunca me sentí como si lo que ocurría le estuviera pasando a otra persona como suele ser en esos casos en que la realidad y no lo  real se mezclan.  

El ataúd de Eloy Gutiérrez Menoyo era de la madera más simple, austeridad que él hubiera celebrado de no ser por la crasa capa de vinilo pintada de negro de su estructura. De cualquier forma, en lo que pensaba cómo podría ser hoy el final de cualquier cubano, sorprendía aquel ataúd que le daba un sentido perfecto a su vida.

La funeraria de Calzada y K (no sé qué nombre tuvo antes del 59; creo que fue Caballero como la de Miami, ciudad en la que me tocó nacer) fue visitada por muchos de sus amigos. Por llegar en la madrugada, pude abrazar a tantos de ellos, que habían realizado la proeza de trasladarse allí desde remotos lugares de la isla. Trasladarse en Cuba es eso: una proeza. Se me confirmaría a la mañana siguiente cuando saldríamos rumbo a Guanabacoa donde está uno de los tres crematorios que existen en todo el país (el del Cementerio de Colón ya no funciona). El viaje a Cuanabacoa fue también una aventura que me recordó la tragicomedia del cine cubano Guantanamera y la anterior, Muerte de un burócrata. 

Incinerar a  Menoyo fue fácil. Su cuerpo pesaba poco y así me lo hizo saber uno de los empleados a la vez que me invitaba a recoger una de las urnas que me incluirían en el precio del funeral. ¡Pero si todas son iguales!, le dije. A lo que me respondió: ¡Sí! Por eso le sigo que escoja la que usted quiera. Papá hubiera disfrutado el humor negro, aun a su costa. Me detuve unos segundos. Bastaron para descubrir que todas no eran iguales. Opté por la de mayor cantidad de vetas verdes, color símbolo de esperanza que a su vez es el de la espiga de la flor nacional, la mariposa, que engalana la letra "M" del logo de Cambio Cubano.

Fuera del crematorio, una estructura de cemento carente de identidad, vi la chimenea que exhalaba el humo de sus cenizas hacia el cielo de Guanabacoa, capital de la santería cubana. A la derecha, una cruz en la fachada del edificio. ¡Sincretismo total! Hice una foto con mi teléfono.

 El cardenal Jaime Ortega Alamino fue de los tantos en enterarse tarde de la muerte de mi padre. Lo supo cuando lo llamé para coordinar la misa de difunto de quien había sido su amigo y me dijo que en la iglesia del Cementerio de Colón al siguiente día nos recibiría el Padre Miguel Pons Velázquez. Él no podía asistir ya que tenía pautadas las misas en celebración de san Judas Tadeo, patrón de los casos difíciles y desesperados. Al día siguiente, muy de mañanita y a pesar de que el carro se "desclochó" a mitad de camino, estábamos en la iglesia del Cementerio de Colón. Allí todos nos abrazábamos. La aparición en la iglesia de la familia Payá y de Yoani Sánchez me conmovió de veras. Con Yoani la sensación fue también algo que se proyectaba dentro de los campos de la energía y que nos hace sentir como si aquella persona con la que nos abrazamos ha estado en nuestras vidas desde siempre o ha sido, al menos, un viejo camarada.

La mañana cerraría con la luz de un sol cubano esplendoroso y con las palabras del Padre Pons, quien por otra inexplicable coincidencia, provenía de la zona del Escambray donde mi padre había dirigido el II Frente en la lucha contra Batista. 

Parte de las cenizas de Menoyo fueron depositadas en el panteón de nuestra familia donde yo dije una palabras. Aunque es un secreto a voces, todavía a esta hora la radio oficial no había emitido ninguna noticia sobre la muerte del viejo comandante de la Revolución.  Periodistas extranjeros daban fe de la noticia para el exterior. Afuera del Camposanto, La habana estaba llena de símbolos celebrando el día del legendario Camilo Cienfuegos. Camilo había sido un buen amigo de mi padre.

Al día siguiente partiríamos hacia la Sierra del Escambray con el resto de las cenizas en una urna por la que habíamos pagado 18 CUC (pero di 20 porque no había cambio). Íbamos en un Citroën verde, Flor, Yosvani, Lydia, Oscar al volante y yo. Dieciocho horas interminables en las que todo lo que puede ocurrir a un automóvil "moderno" ocurrió: 3 ponches y varios descansos en el camino para enfriar el carro.

El Escambray es una selva abigarrada y majestuosa. Es una selva que ha sido atravesada por una carretera cuyos bordes están  silueteados por las montañas. Desde Cartagena, por el camino  atravesamos una hilera de pueblos que ahora cobraban sentido para mí (San Nicolás, Cumanayagua, Manicaragua...) ya que eran parte de las luchas legendarias de Eloy y sus compañeros  (las Dianas, Banao, Charco Azul...). Había leído sus diarios de combate, notas de un libro por terminar, y leer ahora los nombres de estos sitios producía en mí un estremecimiento que me recorría el cuerpo. Una mariposa se posó en mi brazo derecho que descansaba sobre la ventanilla del auto mientras intentaba captar imágenes del recorrido por mi celular que para lo único que me servía en Cuba era para filmar. Con su aleteo jubiloso, pensé que si esa sería la mariposa que papá mencionaba en su Testamento, recordé las palabras que decía y pensé que tenía razón; ¡este pueblo merece algo mejor!

Loma arriba por aquel camino, nos vimos en aprietos varias veces: la empinada cuesta nos obligó a detenernos a un costado y a cubrir los neumáticos de fondo con piedras del camino, el Citroën se calentó lo suficiente para asustarnos, los mosquitos que parecían ser del tamaño de un tomeguín criollo desafiaban todo nuestro cuerpo. En medio de la aventura, algunas risas de consolación y el consuelo de que lo nuestro era poco en comparación con lo que tuvieron que haber pasado los que lucharon en aquellas montañas. 

Al fin llegamos a El Nicho, hoy día un parque eco-turístico, donde nos bajamos a caminar y dimos con algunos turistas alemanes y españoles. No faltó algán instante de surrealismo en la escena.

Respirando profundamente el aire más puro que se pueda concebir, llegamos al "Paso de las Mariposas". Aquí se mezclaba ahora la homónima flor nacional y alguna que otra mariposa como la que se me había posado en el camino. Había olvidado traer flores; tomé varias puchas.

Llegamos a la cascada de El Nicho y pensé que allí podría esparcir sus cenizas. Un guajiro me condujo hasta la cascada de aguas claras y frescas que prisman un arco iris al ser tocadas por la luz del sol que se cuela por las copas de los árboles que la rodean.  Aquí éste es el lugar donde mi padre había pensado hacerse una casa para su retiro. Una fuerza más poderosa que yo me guió entonces a abrir la urna  -de la madera más simple- que apretaba contra mi pecho para evitar que corriera la mima suerte que nuestras ropas empapadas por aquel atomizador popular.

Allí están hoy las cenizas de Eoly Gutiérrez Menoyo. Recorren felices todo El Escambray. Cuando las esparcí con mi mano derecha una sensación de paz se apoderó de todos los que estábamos allí. Parecíamos chicos en una excursión escolar. Era como si el futuro nos hablara con optimismo y nos invitara a cantar alguna canción cubana. Mi padre decía que la solidaridad nunca es en vano. Tampoco lo será su optimismo y el futuro de Cuba. Descansa en paz, papá.

Enviado por Mary Acebo

Diálogo entre cubanos


FRASE DE SABIDURÍA

Las ideas son como los árboles, frágiles y vulnerables cuando están naciendo y casi invencibles cuando han madurado.
- Pablo Alzugaray, publicista español

16 de diciembre de 2012

BELÉN, DONDE NACIÓ JESÚS



Belén,  donde nació Jesús

Belén es una ciudad de la antigua región de Cisjordania, situada a unos 9 km al sur de Jerusalén y enclavada en los montes de Judea. Desde diciembre de 1995, se encuentra administrada por la Autoridad Palestina. Su población actual  es de 27.000 habitantes, siendo la mitad musulmanes y la otra mitad cristianos, en su mayoría ortodoxos.   

La ciudad tiene gran significado religioso para los cristianos al ser de acuerdo con la Biblia el lugar de nacimiento de Jesús de Nazaret, según los Evangelios de Lucas y Mateo. Es también un importante lugar de peregrinación para los judíos, que veneran la tumba de Raquel, situada a la entrada de la ciudad, y para los que la ciudad es lugar de nacimiento y de coronación del rey David. 
   
Belén en la Antigüedad

Belén era una ciudad cananea 3000 años a. C., época en la que los cananeos asentados en la región levantaron pueblos rodeados de murallas para protegerse. Adoptaron al dios de la fertilidad Lahmo con el nombre de Lahama, al que levantaron un templo en la actual colina de la Natividad, que dominaba el valle fértil que se extiende al pie de la ciudad. De su nombre deriva el actual nombre de Beit Lahama, casa de Lahama. Se la describía como un importante lugar de descanso para los viajeros que iban de Siria y Palestina a Egipto.   En 1200 a.C. los filisteos gobernaban el país, al que llamaron Palestina.  
  
La tradición bíblica

A finales del II milenio a.C.  la población pertenecía a la tribu de Judá. La tradición judaica considera la ciudad la cuna del rey David, que daría una gran fuerza política al naciente reino de Israel y bajo el cual el reino adquiriría un gran esplendor. Ello llevaría a que nueve siglos después (David es del siglo X antes de Cristo) la ciudad fuera asociada a otro gran personaje como su descendiente: Jesús de Nazaret, ya que Belén era el lugar donde los profetas habían anunciado que nacería el Mesías.  

 La Edad Media

A finales del siglo IV, con la partición del imperio romano Belén pasó a depender de Bizancio y se convirtió en un importante centro religioso: se levantaron iglesias, monasterios y conventos. El emperador Constantino I  mandó construir, en el lugar donde se había producido el nacimiento de Jesús, la basílica de la Natividad, que constituye el mayor atractivo religioso y turístico de la ciudad. 

En el año 529, la revuelta de los samaritanos contra el imperio bizantino  asoló la ciudad y sus alrededores: la muralla de la ciudad y la basílica fueron destruidos, pero una vez la revuelta aplacada, iglesia y muralla fueron  restauradas por el emperador bizantino Justiniano I.

 Casi un siglo después Palestina fue invadida por los persas, que  llegaron a establecer     relaciones amistosas con las autoridades eclesiásticas cristianas. Esta política de tolerancia se mantuvo hasta 1009 cuando se lanzaron campañas de persecución contra los cristianos. Pero se respetó sin embargo a la rica comunidad cristiana de Belén al objeto de seguir recibiendo sus tributos.

En 1099 Belén fue conquistada por los cruzados  que fortificaron la ciudad e instalaron una comunidad. Suplantaron  las antiguas autoridades cristianas de la ciudad e impusieron el uso del latín.   El día de Navidad de 1100, Balduino I,  primer rey del Reino Latino de Jerusalén, fue coronado en Belén, y ese año fue establecido un obispado católico en la ciudad.

 En 1187 Saladino venció a los cruzados y conquistó Belén. En un primer tiempo las relaciones con Occidente fueron cortadas, privando a la población de buena parte de sus recursos. Pero en 1244 dos tratados firmados con monarcas europeos permitieron a los frailes agustinianos regresar y reabrir el paso de los peregrinos a la ciudad. Al poco tiempo, en 1250, la conquista del país por los mamelucos circasianos (otro grupo islámico)  acabó con la tradición de tolerancia y convivencia que caracterizó la historia de Belén.

En 1263  las torres y las murallas fueron derrumbadas y las autoridades cristianas expulsadas. El siglo siguiente vio un restablecimiento paulatino de las influencias occidentales; se instaló una comunidad de franciscanos y los agustinianos regresaron. 

La Edad Moderna

En el siglo XVI los turcos   conquistaron Palestina, y en Belén empezó un periodo de conflictos entre franciscanos y ortodoxos griegos por la posesión de los santuarios, conflictos que habrían de durar siglos. Los lugares santos del cristianismo pasaban de una comunidad a otra según el favor del que gozaban sus naciones de origen ante el califa otomano, por lo que estas disputas religiosas alcanzaron rápidamente dimensiones de política internacional. A finales del siglo XVIII el pueblo de Belén se había familiarizado con las costumbres y gustos europeos gracias al contacto permanente con los peregrinos cristianos, y su situación económica se había visto mejorada.

Edad Contemporánea

Egipto gobernó la región a partir de 1831 durante una década ensombrecida por una violencia creciente, por lo que se ordenó desarmar a la población y destruir el barrio musulmán de Belén. En 1841 el imperio otomano recuperó el gobierno de Palestina, aumentándose los impuestos y el desempleo, por lo que muchos de los habitantes de Belén marcharon al extranjero.   

Con la Primera Guerra Mundial se terminó el gobierno otomano en 1917, y Palestina pasó  bajo el mandato británico en 1922. En 1947, en el Plan de Partición de Palestina propuesto por la ONU, Belén fue designada junto a Jerusalén como territorio internacional administrado por la propia ONU una vez que expirase el mandato británico.   

Sin embargo, tras la primera guerra árabe-israelí, que estalló inmediatamente después, Belén fue ocupada por Transjordania y, junto al resto de Cisjordania, pasó a integrar en 1950 el Reino de Jordania.  
  
En 1967, durante la Guerra de los Seis Días,  Belén fue ocupada por los israelíes al igual que el resto de Cisjordania.  En 1955, tras acuerdos firmados en Oslo  fue transferida como parte del territorio autónomo administrado por la Autoridad Nacional Palestina.  

Hemos reseñado sucintamente la historia política de Belén. Queda para una crónica posterior el significado religioso de esta ciudad, también eterna, donde un humilde pesebre fue la primera cuna de Jesús de Nazaret.

Fuente: Wikipedia.org