10 de noviembre de 2012

SEÑORA. SEÑORA. ES USTED ALBUM DE CUBA



Señora, señora, ¿Es usted Álbum de Cuba?

Por Marlene María Pérez Mateo
Junio 21, 2012

 “¿Qué si es soprano, mezzo o contralto? Pues puede ser todas esas cosas, pero es mucho mas”.
“.. es que esas grandes figuras han tenido imitadores, y la Borja no; no porque no hayan querido imitarla, sino, sencillamente, porque no han podido”.
                                                      Gonzalo Roig

Contó Esther Borja en una ocasión una anécdota acaecida mientras sentada en un ómnibus esperaba viajar a una ciudad del interior cubano en una gira de presentaciones musicales. Un niño alcanzó la ventanilla próxima a su asiento y le preguntó: -Señora, señora, ¿Es usted Álbum de Cuba?

La pregunta simple y espontánea, como los niños, no pudo ser mejor hecha ni mejor dirigida. A golpe de pájaro era sabido que Álbum de Cuba, programa televisivo entre 1961 a 1986, tenía como hilo conductor a la mencionada artista. Sin saberlo el chiquillo abarcaba en su cuestionamiento algo mas. Estas líneas, breves quizás, en atención a quien rinden tributo, tratarán de explicarlo.

 Esther nació, como mi abuela, en 1913 en la Ciudad de La Habana. Debutó en Santiago de las Vegas pero fue a sus 32 años, en su encuentro con Ernesto Lecuona, el hecho definitivo en sus comienzos como artista. Para ella fue escrito y dedicado el vals “Damisela encantadora”. 

 De  allí parte a Latinoamérica en una extensa gira que de los diversos teatros visitados le llevó al cine y luego de regreso a su patria. Para 1943 su voz se escuchó en el Carnegie Hall y luego en 44 estados de la Unión Americana. El nacimiento de la televisión cubana la tiene entre sus fundadoras, 1950. Sus grabaciones en Long Play (LP) fueron numerosas, siendo la mas antológica  el disco “Rapsodia a Cuba” en 1953.

Esther cantó la obra de Lecuona sin descansar, para algunos fue su mejor embajadora por la forma de entender el quehacer del cubano. Su voz le permitía un gran  espectro de posibilidades. La dicción perfecta y  una gran ductilidad. Estuvo entre zarzuelas, operas, valses, pregones, rumbas y canciones con los mejores que le pedían su concurso.

Una buena amiga de los míos la conoció de cerca y le describió como  un ser humano bellísimo. Aun visitaba sus vecinos de antaño donde sus recuerdos le eran mas propios. Fue allí donde esta persona simple que ya cité le encontraba, pues nunca se creyó demasiado eso de la fama. Una vez siendo yo muy chica formé parte del coro de estudiantes que le acompañó en un Homenaje a José Martí en el Teatro Principal de Camagüey.  Le admiré entonces desde mi posición y mi escasa edad, con  respeto; luego crecí aun mas en la comprensión de quien se trataba.

Se dice que un álbum es una recopilación de lo mejor entre lo bueno, eso que con orgullo sano y feliz mostramos para decir de manera resumida y enfática: quienes somos, de donde venimos y también para entender hacia donde pretendemos llegar. Por mas filosóficos que parezcan dichas preguntas guardamos en las páginas de tales objetos eso  que quisiéramos no olvidar y que no se nos olvide: memorias. Entonces podemos decir, el chiquillo anónimo del inicio  de  este relato dijo lo cierto e interrogó lo justo a Doña Esther Borja: -“Señora, señora, ¿Es usted Álbum de Cuba?”  Y ahora yo lo recuerdo.

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