Los
buquenques
Augusto César San Martín
LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org – Durante años fueron
perseguidos por la policía hasta que la ¨nueva política económica del gobierno
para salvar al socialismo” los legalizó y les cobró el diezmo. “Gestor de
Transporte” o “Buquenque” (en el argot popular), es uno de los empleos
aprobados para ejercer el cuentapropismo
en Cuba. Los gestores de transporte pagan 100 pesos mensuales (4 dólares) al
gobierno como tributo por ejercer su “oficio”. Trabajan desde el alba hasta la
noche gritando en las piqueras de taxis, procurando pasajeros y anunciando el
destino de los boteros.
«¡Playa por 3ra, Habana por Línea, Reparto Eléctrico,
Guanabacoa, Matanzas, Camagüey..! Donde exista un punto de salida de taxis
particulares, irrumpen los “buquenques”.
Sin distinción de sexo, el buquenque se caracteriza por su rudeza y determinación. Dominar al público, organizar la cola de choferes y marcar el territorio, espantando de la piquera a los colegas competidores, requiere cierto nivel de fanfarronería.
Sin distinción de sexo, el buquenque se caracteriza por su rudeza y determinación. Dominar al público, organizar la cola de choferes y marcar el territorio, espantando de la piquera a los colegas competidores, requiere cierto nivel de fanfarronería.
El buen buquenque
se impone sobre el cliente para decidir el auto donde éste va a viajar, casi
siempre un engendro surgido de lo que fue un flamante automóvil americano de
los años 50. Esos folclóricos armatostes “clásicos”, puestos de moda por la
propaganda turística del gobierno, que trasladan hasta ocho pasajeros,
hacinados y envueltos en una nube de humo.
Los buquenques
cobran una comisión a los taxistas por llenarles el auto de pasajeros en la
piquera. Cuando la ruta es en la ciudad, le cobran 5 pesos al chofer antes de
despedir el taxi. En las piqueras interprovinciales le cobran al taxista una
comisión de 10 a 25 pesos por cada pasajero.
En un turno de 6 horas un buen buquenque puede despachar hasta setenta taxis. Todo depende de la
zona donde labore y de su habilidad. Las mejores piqueras para hacer dinero son
las del centro de la ciudad, de donde salen taxis hacia los diferentes
municipios.
Las plazas de “Gestor de Transporte” en las
piqueras están ya copadas y no existen oportunidades para quienes deseen
incorporarse a este trabajo. El gobierno suspendió el otorgamiento de nuevas
licencias para ejercer la actividad.
Mucha gente considera que, al igual que los “parqueadores” estatales, los buquenques son simplemente truhanes
innecesarios que coaccionan al público a someterse a un servicio sin
alternativas.
No pocos choferes de taxis han renunciado a las
piqueras y buscan sus pasajeros en la calle por sí mismos, para evitar la
extorsión de los buquenques.«Son
pandilleros que controlan las piqueras. Yo no le entrego mi dinero a ningún
holgazán», me comentó un taxista que recogía pasajeros fuera del área
controlada por los buquenques.
Otros piensan diferente. Principalmente los
choferes cuyos destartalados autos no pueden competir con otros que están en
mejor estado, los buquenques son un
mal necesario.«Al menos organizan la cola en las piqueras, de lo contrario esto
fuera el bayú de Lola», dice un taxista que conduce un destartalado Chevrolet del 52, transformado en
automóvil de ocho plazas, que se mueve debido a algún milagro.
Necesarios para algunos y detestables para otros,
los buquenques son parte del paisaje.
Para el pasajero que quiere elegir el servicio que paga, los buquenques son generalmente un incómodo
obstáculo. Para la mayoría de los taxistas son pandilleros que extorsionan con
licencia gubernamental.
!Increible las cosas en Cuba!
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