El bogotazo y Fidel Castro,
hace sesenta y cuatro años
Hace sesenta y cuatro años ocurrió un acontecimiento
terrible en Colombia al
producirse lo que se conoce con el nombre ya histórico de “El Bogotazo”, el 9 de
abril de 1948.
En esos momentos se estaba celebrando en la capital de Colombia la Novena Conferencia Interamericana, cuyo programa era de vasta trascendencia para todo el sistema regional. Teniendo veintiún años de edad, Fidel Castro figuraba entre cuatro elementos subversivos cubanos que se habían trasladado de La Habana a Bogotá días antes, lo cual no fue por casualidad. Fue una maniobra que formaba parte de esa gran conspiración que determinó el asesinato del líder liberal, candidato a la presidencia de Colombia, Jorge Eliécer Gaitán. Todo estuvo preparado para desatar una violencia extraordinaria que determinó varios días de incendios, saqueos y asesinatos en la culta capital de Colombia para la consumación, en forma excepcionalmente importante en el campo internacional, de lo que ha pasado a la historia con el nombre de “El Bogotazo”, una gigantesca conspiración comunista organizada dentro y fuera de Colombia. Naturalmente, todos los integrantes de esa asamblea continental salieron de Colombia hacia sus respectivos países porque la conferencia, desde luego, no podía continuar de inmediato.
El Presidente de la República, Don Mariano Ospina Pérez y su esposa, doña Berta, asumieron una posición encomiable por lo digna y gallarda, dentro del Palacio Presidencial muy cerca de los lugares donde las turbas comunistas estaban asediándolo.
A los que le pedían al presidente Ospina que
renunciara, él produjo una frase
muy valiosa: «Yo no me voy del Palacio, para Colombia vale más en estos momentos un
presidente muerto que un
presidente fugitivo». Y doña Berta, esposa excepcional, asumió una actitud ejemplar que honra a la mujer colombiana, acompañando a su esposo dentro del palacio en medio
de aquella violencia típica de los comunistas llevada al grado máximo.
La figura de Fidel Castro, desde hace sesenta y cuatro años, ha tenido una proyección funesta para la democracia y la paz americanas. Logró salvarse con la protección – derecho de asilo – de la Embajada de su patria, Cuba, a la que estaba traicionando. Con esa protección diplomática salió de Bogotá hacia Cuba donde continuó sus actividades subversivas, abriéndole el camino a los más de cincuenta tres años de una tiranía totalitaria implantada a sangre y fuego desde el primero de enero de 1959, en la patria que José Martí soñó para la libertad.
Este desgraciado nos engañó a todos.
ResponderEliminarUn cliente del banco donde yo trabajaba en La Habana, Banco Hipotecario Mendoza que estaba en el bello Palacio Aldama, me dijo que Fidel estuvo involucrado en El Bogotazo y yo no le creí.
Caímos en la trampa más terrible. Pobre Cuba, y pobres cubanos.
Martha Pardiño