De Benedicto a Benedicto
Marlene María Pérez Mateo
El Papa Benedicto XV (1854-1922) ocupó la silla de San Pedro a inicios del siglo XX hace 100 años. Vivió la Primera Guerra Mundial. Dentro de su más notorio logro durante el conflicto bélico fue “La Tregua de Navidad”. Su programa doctrinal hizo posible el armisticio; restableció las relaciones de la Santa Sede con Francia, Inglaterra, Portugal y el Imperio Austrohúngaro. En 1915 los veteranos del ejército mambí independentista cubano le dirigieron una carta pidiendo la declaración de la Virgen de la Caridad del Cobre como patrona del pueblo cubano. Su petición fue oída y la solicitud llegó a feliz término. La historia ha sido testigo.
Ayer, 12 de diciembre de 2011, casi un siglo después en la misa criolla del Vaticano, Benedicto XVI proclamó públicamente su próximo viaje a Cuba en ocasión del 400 aniversario de la más importante aparición mariana de la Isla. Días antes, el 9 de diciembre, los Obispos cubanos habían anunciado dicha visita para del 23 al 28 de marzo del 2012; así como la declaración del Año Jubilar Mariano bajo el titulo “A Jesús por María y la Caridad nos une”
Llama la atención, al menos la mía que los dos “Papas Benedictos” en sucesión nominal, no cronológica, fueran de inicios de siglos. Épocas difíciles y de contrastes. Ambos han tenido una deferencia muy especial para Cuba. Es mi sentir, y el de muchos, el de encontrar con el paso del tiempo y porque no también de inmediato los frutos de tales privilegios.
Marlene María Pérez Mateo
13 de diciembre del 2011
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