28 de octubre de 2011

UNA EGREGIA DAMA DE 125 AÑOS

Una egregia dama que cumple hoy
ciento veinticinco años

       "La libertad iluminando el mundo”, la Estatua de la Libertad, es uno de los monumentos más famosos de Nueva York, de los Estados Unidos y de todo el planeta. Se encuentra en la isla de la Libertad al sur de la isla de Manhattan, junto a la desembocadura del río Hudson y cerca de la isla Ellis, puerta de entrada para legiones de inmigrantes en siglos pasados.
       Fue un regalo de los franceses en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, y como un signo de amistad entre las dos naciones. Fue inaugurada el 28 de octubre de 1886. La estatua es obra del escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi y la estructura interna fue diseñada por el ingeniero Gustave Eiffel. El arquitecto francés Eugène Viollet-le-Duc, estuvo encargado de la elección de los cobres utilizados para la construcción de la estatua.
      
       El 15 de octubre de 1924, la estatua fue declarada “Monumento Nacional de los Estados Unidos y desde 1984 está considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
      
      La Estatua de la Libertad pronto se convirtió en un símbolo en Estados Unidos y representa, en un plano más general, la libertad y emancipación con respecto a la opresión. Desde su inauguración en 1886, la estatua fue la primera visión que tenían los inmigrantes europeos al llegar a Estados Unidos tras su travesía por el océano Atlántico. En términos arquitectónicos, la estatua recuerda al famoso Coloso de Rodas, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Fue nominada para las “nuevas maravillas del mundo moderno” y resultó finalista.
      
       El jurista y político francés, autor de “Paris en Amérique”, Eduardo Laboulaye, tuvo la idea de que Francia ofreciera un regalo a Estados Unidos como un obsequio para la conmemoración del centenario de la independencia estadounidense, como recuerdo de la larga amistad entre ambos países y para garantizar la mantenimiento de la república francesa.
      
       En junio de 1871, el escultor Bartholdi viajó a Estados Unidos. Durante el viaje, escogió la isla de Bedloe, (llamada posteriormente “isla de la Libertad”) como ubicación de la estatua, y también trató de conseguir seguidores al otro lado del Atlántico.
      
       Existen diversas hipótesis de los historiadores sobre el modelo que pudo haberse utilizado para determinar la cara de la estatua, aunque ninguna de ellas es realmente definitiva hasta el momento. Entre las posibles inspiraciones para la cara de la estatua se encuentra Isabella Eugenie Boyer, viuda del inventor millonario Isaac Singer.
      
       Según otras fuentes, Bartholdi se habría inspirado en el rostro de su madre, Charlotte Bartholdi (1801-1891), y es la hipótesis más considerada hasta el presente. La revista National Geographic apoyó esta posibilidad, indicando que el escultor nunca explicó ni desmintió esta semejanza con su madre. Otras versiones sostienen que Bartholdi habría querido reproducir el rostro de una niña encaramada en una barricada sosteniendo una antorcha, al día siguiente del golpe de estado de Napoleón III. Tal vez simplemente realizó una síntesis de varias caras femeninas, con el fin de dar una imagen neutra e impersonal de la Libertad.
      
        Por mutuo acuerdo entre Francia y Estados Unidos, este último llevaría a cabo la construcción de la base del monumento, mientras que Francia se encargaría de la construcción de la estatua y de su posterior ensamblaje una vez que las piezas se transportaran a suelo estadounidense.
             En Francia, la campaña para la promoción de la estatua comenzó en otoño de 1875. Fue la fundación en 1874 de la llamada Unión Franco-Estadounidense, la que se hizo cargo de organizar la recaudación de fondos para la construcción del monumento. Todos los medios de la época se utilizaron para ese propósito: artículos en la prensa, espectáculos, banquetes, impuestos, loterías, etc. No fue hasta 1880 que se completó el total de los fondos necesarios. Mientras tanto, en Estados Unidos, se hicieron presentaciones teatrales, exposiciones de arte, subastas, así como combates de boxeo profesional para recaudar fondos para la construcción de la base.
      
       La coloración verde de la estatua es a causa de reacciones químicas, que produjeron sales de cobre y le dieron su actual color. La mayor parte de las estatuas de cobre situadas en exteriores, salvo que se tomen medidas adicionales, acaban adquiriendo finalmente este tono tras un proceso llamado patinación.
      
       En la base del monumento, una placa de bronce lleva grabada una parte (el final) del poema de la poetisa estadounidense Emma Lazarus titulado «The New Colossus» (El nuevo coloso). La placa de bronce no estaba cuando se inauguró, sino que se añadió en 1903.

El nuevo coloso

No como el mítico gigante griego de bronce,
de miembros conquistadores a horcajadas de tierra a tierra;
aquí en nuestras puertas del ocaso, bañadas por el mar se erguirá
una poderosa mujer con una antorcha,
cuya llama es el relámpago aprisionado,
y su nombre, madre de los Desterrados.
Desde el faro de su mano
brilla la bienvenida para todo el mundo;
sus templados ojos dominan las ciudades gemelas
que enmarcan el puerto de aéreos puentes.
"¡Guardaos, tierras antiguas,
vuestra pompa legendaria!" grita ella.
"¡Dadme a vuestros rendidos, a vuestros pobres,
vuestras masas hacinadas anhelando respirar en libertad,
el desamparado desecho de vuestras rebosantes playas.
Enviadme a estos, los desamparados,
sacudidos por las tempestades.
¡Yo elevo mi faro detrás de la puerta dorada!"

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