14 de agosto de 2011

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La utopía de la igualdad 

se desbarata en el Club Habana

 

El Havana Biltmore Yacht and Country Club, hoy Club Habana, cuya administración está a cargo del grupo español Sol Melia, es un club exclusivo para diplomáticos, ejecutivos y empresarios y sus contactos de negocio, así como para extranjeros a título personal.

Aunque en ninguna parte está escrito, pueden acceder al club ciertos cubanos privilegiados que disponen de los $20 CUC que exige el cover de entrada, aunque no tienen el derecho de membresía, según dejó “caer” una esquiva operadora de servicio al cliente del Club Habana a martinoticias.com.

Para Juan Juan Almeida,  a tan importante lugar “pueden entrar también los más interesantes miembros de una fauna autorizada y exenta de pago. Quizás por todos estos personajes y por todo lo que allí sucede al edificio lo llaman “la cueva de Alí Babá”, dijo a martinoticias.

Cuando se menciona el Club Habana, “ya estamos hablando de otro tipo de nivel. Los cubanos que entran ahí tienen que tener dinero, pero ¡dinero! Eso es como estar en otro mundo, en otro país, un país capitalista”, considera la periodista independiente Dania Virgen.

Para el resto quedan  los pocos círculos sociales obreros que aún se mantienen funcionando, a los que ni siquiera se puede ir, por la afluencia de elementos antisociales que ingieren bebidas alcohólicas, y porque los alimentos que allí ofertan son mínimos, apuntó Dania.

En los centros recreativos vuelve a aflorar la creciente estratificación de la sociedad cubana que el periodista Juan González Febles define de la siguiente manera,  “Existe una gran mayoría que vive en la pobreza, que algunos llegan a una miseria total, y existe un grupo muy reducido de cubanos que tienen amplias posibilidades, que junto a los extranjeros y gerentes corporativos en la isla constituyen una aristocracia que ofende con su opulencia a la gran mayoría de la población.”, dijo a martinoticias.

“En 1959 Cuba era un país de una pujante clase media, una reducida aristocracia y otro muy reducido grupo de personas que estaban en la pobreza extrema. Ahora hay una mayoría que colinda en las fronteras de la miseria extrema y una minoría muy pequeña que lo tiene todo. O sea que se ha invertido un orden social que  hasta cierto punto   fue más justo antes de 1959 que lo que es en la actualidad”, agregó.

El club Habana, añade, es un club mucho más exclusivo del que todos los clubes que existieron en Cuba antes de la Revolución, porque al menos esos clubes eran propiedad de cubanos, regentados por cubanos, y con una membresía cubana.

Ahora el número de cubanos que puede entrar en este club es reducidísimo, y esto establece un desbalance intolerable, añade González Febles.

“Creo que las diferencias existen en cualquier sociedad del mundo”, añadió Juan Juan Almeida, “lo vergonzoso es que Cuba se plantea como una sociedad igualitaria, ahí está el tema.”

Con una cuota de inscripción de 1.500 dólares por persona, este enorme complejo al oeste de la capital cubana, tiene entre sus ofertas: casa club, restaurantes, bares, piano bar, salones de Gala, salas para reuniones o celebraciones como bodas, cenas, fiestas, tiendas, casa del Habano, guardería infantil, oficinas, centro de salud y belleza, patinaje, canchas de tennis, centro  de Buceo, deportes náuticos, piscinas, playa, etc.

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