17 de agosto de 2011

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Gárgola, San Juan de los Reyes, Toledo

GÁRGOLAS

 Cada vez que contemplamos una iglesia gótica, de esas cuyas torres parece  se quieren adentrar en las nubes, nos llaman la atención las figuras grotescas que a veces sobresalen de sus techos. Son las gárgolas. Su función es la de servir de grifos, de desagüe a las aguas de los tejados, expulsándolas por sus bocas.  

El origen de esas gárgolas se remonta a la Edad Media  y se relaciona con el auge de los bestiarios (libros con ilustraciones de toda clase de animales) y los tormentos del infierno. La imaginación de los artistas medievales estaba abonada por mitos aún más antiguos que provenían de la antigua Grecia. Por ello las gárgolas no se limitaban a la mera representación de grifos, sino que sus artífices plasmaban, además, otros seres fabulosos que podían tomar la forma de animales, seres humanos o una mezcla de ambos, pero siempre representados de manera más o menos monstruosa.  

El mito de la gárgola nace en la antigua Grecia. Eran criaturas con cuerpo de león, y alas y cabeza de águila (grifos) que proporcionaban ayuda y amparo a los hombres. Se les otorgaban poderes fantásticos y misteriosos. El mito explica que fueron creadas para socorrer al hombre en las horas en las que éste era más indefenso, en la noche, cuando no brillaba el sol. Por eso, cuando aparecía el sol las gárgolas se quedaban quietas, inertes, hasta que anochecía; entonces cobraban vida y volaban vigilando y dando ayuda a los hombres necesitados. Pero las gárgolas también necesitaban del hombre para protegerse ya que, al salir el sol, quedaban totalmente indefensas, y podían ser derribadas.

Otra interpretación, diferente a la que nos presenta la mitología griega, es que son las almas de los pecadores a los que no se les ha permitido entrar en las catedrales por sus pecados, por eso están siempre en las puertas de las iglesias y catedrales sin poder entrar en ellas. Así se justifica su aspecto terrorífico. Otros opinan que las gárgolas de piedra eran guardianes o protectores de la iglesia. Su función era protegerla del diablo, alejando las influencias oscuras y malévolas.

Quimera, Catedral Notre Dame, París

Es un error muy común el llamar gárgola a cualquier figura grotesca o monstruosa contenida en iglesias medievales, porque sólo se deben considerar gárgolas  las que realizan la función específica de grifos o desagüe.  Así, por ejemplo, las famosas figuras monstruosas de función puramente decorativa instaladas por Violet-le-Duc  en la catedral de Notre Dame de París  deben ser denominadas quimeras y no gárgolas.
 

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